Restitución del Impuesto a las Ganancias: la clase media cada vez más acosada

La reimplementación del tributo para los salarios más altos impactará de manera significativa en el presupuesto de muchas familias argentinas, obligándolas a recortar gastos o disminuir su capacidad de ahorro

La reciente reactivación del Impuesto a las Ganancias en Argentina ha generado una creciente preocupación entre las familias de clase media, quienes ven en esta medida una amenaza directa a su poder adquisitivo. A medida que las deducciones comienzan a sentirse en los salarios, los hogares deben decidir entre reducir su consumo o sacrificar sus ahorros.

La restitución del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores de la cuarta categoría se ha convertido en un tema candente en la economía doméstica argentina. La medida, que afecta principalmente a aquellos con salarios más altos, está diseñada para ser más progresiva que en años anteriores, pero no por ello deja de impactar a la clase media. Según los economistas, la forma en que las familias se verán afectadas dependerá de cómo se distribuyan sus ingresos entre consumo y ahorro.

Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), explicó que, si bien el impuesto es más progresivo en 2024 que en el pasado, las implicancias no son lineales. «El impuesto ahora lo pagarán quienes más ganan, lo que significa que el impacto en el consumo no será necesariamente proporcional al ingreso», señala Argañaraz. En este sentido, se argumenta que es posible que las familias opten por reducir su nivel de ahorro en lugar de disminuir su consumo diario, aunque reconoce que la situación varía según el tamaño de la familia y su nivel de vida.

El economista Martín Kalos, director de la consultora Epyca, coincide con esta visión al destacar que el impacto del impuesto será diferente según el perfil de cada familia. «Hay familias de clase media que están en el límite, destinando la mayor parte de sus ingresos al consumo, y otras que podrían ahorrar más. Ahora, ambos grupos deberán ajustarse, ya sea reduciendo sus gastos o ahorros», explica Kalos. Subraya que la situación es más compleja para aquellos que viven solos o en núcleos familiares pequeños, donde el ajuste se sentirá con mayor fuerza.

Por otro lado, Alejandro Pegoraro, de Politikon Chaco, enfatiza que el efecto de la medida será tangible a partir de septiembre, cuando las empresas ajusten correctamente las deducciones salariales según las nuevas normativas. «En muchos casos, los descuentos de julio y agosto se hicieron de manera estimativa debido a la falta de claridad en las alícuotas y categorías. Ahora, con los salarios de septiembre, las empresas podrán hacer los ajustes necesarios», explica Pegoraro, añadiendo que el impacto será más evidente en las próximas semanas.

Con la nueva ley en marcha, las familias de clase media deberán adaptarse a un escenario económico más restrictivo, donde el equilibrio entre el consumo y el ahorro volverá más delicado. Mientras algunos optarán por recortar sus gastos diarios, otros verán mermada su capacidad de ahorro, un hecho que, aunque previsto, no deja de generar incertidumbre en la economía familiar.