El consumo de frutas y verduras se desploma un 40% por la escalada de precios
La inflación impacta duramente en el consumo de frutas y verduras, con precios que se multiplican por más de tres desde el campo hasta la góndola, lo que provoca una caída del 40% en la demanda.
El consumo de frutas y verduras en Argentina atraviesa un período crítico. En julio, los precios de estos productos se incrementaron significativamente, lo que ha llevado a una disminución notable en la demanda, con una caída del 40%, según un informe reciente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por el sector de Economías Regionales de CAME, revela que durante el mes de julio los precios de los agroalimentos se multiplicaron 3,1 veces desde que salen del campo hasta que llegan a las góndolas de los supermercados. Este aumento sostenido, combinado con las heladas que afectaron la producción y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, ha forzado una drástica reducción en el consumo de frutas y verduras.
La caída de la demanda, que alcanza el 40%, refleja la incapacidad de los consumidores para convalidar los altos precios actuales. Según CAME, los productos perecederos, como las frutas y verduras, son los más afectados por esta situación. Los mayoristas y minoristas se han visto obligados a resignar parte de sus ganancias para evitar la acumulación de productos que, de otra manera, no se venderían antes de su caducidad.
El informe también señala que los costos asociados a la producción y distribución de agroalimentos han aumentado considerablemente. Este incremento abarca insumos dolarizados, transporte, logística, arrendamientos, combustibles y salarios, lo que a su vez presiona aún más sobre los precios finales al consumidor. La combinación de estos factores ha creado un círculo vicioso donde los precios suben y la demanda baja, afectando a todos los eslabones de la cadena de valor.
Los productores y comerciantes enfrentan un escenario complejo, donde la rentabilidad se ve seriamente comprometida. La inflación, sumada a la inestabilidad económica general, ha generado una situación insostenible para muchos actores del sector, quienes deben equilibrar los costos crecientes con una demanda en declive. Mientras tanto, los consumidores deben ajustar sus presupuestos, reduciendo el consumo de alimentos esenciales como frutas y verduras.
El panorama actual en el sector de frutas y verduras es un reflejo de la crisis económica que atraviesa el país, con efectos directos en la alimentación de los argentinos. Si las condiciones no mejoran, es probable que esta tendencia de caída en el consumo se mantenga, afectando tanto a la salud pública como a la sustentabilidad del sector productivo.