Las ventas minoristas PyMEs siguen en caída libre: un declive del 17 % en lo que va del año
Las ventas minoristas de las PyMEs argentinas enfrentan una crisis profunda, con una caída acumulada del 17 % en los primeros siete meses de 2024. La falta de compradores y los altos costos de producción agravan la situación.
El sector de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en Argentina atraviesa un momento crítico, reflejado en un descenso alarmante de las ventas minoristas. Según el Índice de Ventas Minoristas PyMEs de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en julio se registró una caída del 15,7 % interanual a precios constantes, acumulando una contracción del 17 % en los primeros siete meses del año. Este escenario sombrío se da en un contexto económico complejo, donde las PyMEs luchan por mantenerse a flote.
El relevamiento de CAME pone de manifiesto que el principal obstáculo para los comercios minoristas en julio fue la falta de ventas, seguida de los elevados costos de producción. Las empresas insisten en la necesidad de una reducción de los impuestos nacionales, provinciales y municipales para recuperar la rentabilidad perdida.
En un intento por mitigar el impacto de esta crisis, los planos de financiamiento han proporcionado algo de dinamismo al mercado. Sin embargo, el efecto es limitado, ya que los consumidores están cada vez más reacciones a endeudarse, incluso si las cuotas tienen intereses bajos. La incertidumbre económica y la caída del poder adquisitivo siguen siendo factores determinantes en la retracción del consumo.
El informe detallado que en julio, los siete rubros analizados registraron caídas interanuales en sus ventas. Las “perfumerías” lideraron la contracción con un desplome del 32,6 %, seguidas por “farmacias”, que experimentaron una caída del 26,4 %. El sector de “alimentos y bebidas”, uno de los más sensibles, mostró una disminución del 20,9 % anual en julio, acumulando una baja del 21,7 % en los primeros siete meses del año en comparación con el mismo período de 2023. .
En el rubro bebidas, las ventas se desplomaron a medida que los consumidores ajustaron sus presupuestos, optando por segundas y terceras marcas, o adaptando sus compras a productos más económicos. El consumo de carnes, ya sean bovinas, porcinas o aviares, también sufrió una merma significativa. Los consumidores buscaron alternativas más rentables, como fideos, arroz y polenta, para mantener sus mesas abastecidas a pesar de la inflación.
La situación de las PyMEs argentinas es preocupante, y la falta de medidas concretas para aliviar la carga impositiva y estimular el consumo podría agravar aún más la crisis. La caída en las ventas minoristas no solo refleja un problema de liquidez, sino también una pérdida de confianza en el mercado. La urgencia de políticas que revitalizan el sector es evidente, ya que las PyMEs representan una parte fundamental del entramado económico del país.