Nueva droga para etapas tempranas del Alzheimer

Kinsulauna nueva droga para el Alzheimer desarrollada por Eli Lilly, prometiendo una leve demora en el deterioro cognitivo en etapas tempranas de la enfermedad.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha dado luz verde a Kinsula, una nueva droga desarrollada por el laboratorio Eli Lilly para el tratamiento de las etapas tempranas del Alzheimer. Este medicamento, conocido científicamente como donanemab, ha demostrado en estudios clínicos la capacidad de ralentizar ligeramente el deterioro cognitivo, aunque no está exento de riesgos significativos como inflamación o sangrado cerebral.

Kinsula se une a Leqembi, otro tratamiento aprobado el año pasado, en el objetivo de atacar la proteína amiloide, implicada en el desarrollo del Alzheimer. Ambos medicamentos se administran mediante infusiones intravenosas, con Kinsula programado para aplicarse una vez al mes, a diferencia de Leqembi que se administra cada dos semanas. Una característica distintiva de Kinsula es que los pacientes pueden suspender el tratamiento una vez que se ha eliminado la proteína amiloide, lo que podría reducir costos y minimizar los inconvenientes y riesgos asociados al tratamiento continuo.

A pesar de estos avances, la comunidad médica se muestra dividida sobre la eficacia y seguridad de estos tratamientos. Michael Greicius, neurólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, ha expresado escepticismo respecto a la evidencia que respalda la eliminación de placas amiloides como una mejora clínica significativa para los pacientes. No obstante, otros expertos valoran la posibilidad de ofrecer estas opciones a los pacientes, aunque los beneficios sean modestos.

Los resultados de un ensayo clínico con 1736 pacientes, que presentaban deterioro cognitivo leve o demencia leve, mostraron que donanemab logró desacelerar el deterioro cognitivo entre 4.5 y 7.5 meses durante un período de 18 meses en comparación con aquellos que recibieron un placebo. Sin embargo, el tratamiento no está exento de efectos secundarios: aproximadamente una cuarta parte de los pacientes experimentaron hinchazón o sangrado cerebral, con casos graves en alrededor del 2% y tres muertes atribuidas a estos efectos.

La aprobación de Kinsula, junto con Leqembi, representa un avance significativo en el tratamiento del Alzheimer. Sin embargo, persisten muchas preguntas sobre la interrupción del tratamiento y su efectividad a largo plazo. Estos nuevos tratamientos ofrecen una luz de esperanza en la lucha contra una enfermedad devastadora, aunque la comunidad médica sigue buscando soluciones más eficaces y seguras.