Tarifas en alza: Los aumentos que impactarán en julio

Desde el 1° de julio, los argentinos enfrentarán incrementos en servicios esenciales, alquileres y combustibles, en un contexto de inflación creciente y pérdida del poder adquisitivo.

En medio de una economía marcada por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, julio trae consigo una serie de aumentos que afectarán directamente a los bolsillos de los argentinos. El Gobierno ha programado subas en alquileres, prepagas y combustibles. Además, se desregularán las tarifas de internet, cable y telefonía celular, eliminando los topes que regían hasta ahora.

Agua

A partir del 1° de julio, las tarifas de agua aumentarán un 6,3%. Aysa informó que esta actualización se basa en un coeficiente que combina el índice de salarios (IS) del INDEC, el índice de precios internos al por mayor (IPIM) y el índice del precio al consumidor (IPC).

Alquileres

Los inquilinos con contratos firmados bajo la Ley de Alquileres enfrentarán un aumento del 240% debido a la actualización anual. Esta fórmula se aplica a los contratos iniciados entre el 1° de julio de 2020 y el 17 de octubre de 2023.

Nafta

Se prevé que los precios de la nafta aumenten un 12,5% y el gasoil un 10%, si el Gobierno aplica la actualización tras el incremento de los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). Aún está por definirse si la actualización se trasladará completamente o se segmentará para moderar su impacto.

Prepagas

Luego de que el Gobierno frenara los aumentos en las prepagas, a partir de julio las empresas de medicina privada podrán ajustar sus tarifas «libremente».

Cable y telefonía

En los primeros días de julio, las empresas de cable y telefonía incrementarán sus tarifas entre un 6% y un 9%. El oficialismo eliminó la categoría de servicios «públicos, esenciales y estratégicos» para internet, cable y telefonía, lo que permite estos aumentos.

Un mes de aumentos que desafía la economía familiar

Julio se presenta como un mes desafiante para los argentinos, con múltiples aumentos que se suman a un contexto de inflación persistente y pérdida de poder adquisitivo. Las subas en servicios básicos, alquileres y combustibles presionarán aún más los presupuestos familiares, destacando la necesidad de medidas económicas que alivien esta carga y protejan el bienestar de los ciudadanos.