Argentina espera triplicar su producción de litio

 

En la actualidad, la capacidad de producción instalada llega a 77.500 toneladas al año, pero hay numerosos proyectos en avance.

Argentina se encamina a ser el tercer mayor productor de litio en pocos años por el avance de los proyectos que se encuentran en curso, que le permitirán más que triplicar su producción actual y llegar hasta las 260.000 toneladas de carbonato de litio en 2026.

En la actualidad, el país es el cuarto productor mundial de carbonato de litio, con tres proyectos en operación comercial: Salar de Olaroz, en Jujuy, de la empresa australiana Allkem; Fénix, en Catamarca, de la estadounidense Livent; y desde hace dos meses Olaroz Cauchari, también en la provincia de Jujuy, de la firma Exar. La capacidad de producción instalada llega a 77.500 toneladas al año. Poco más del 40 por ciento se exporta a China, un 30 por ciento a Japón, y alrededor de 10 por ciento a Corea, países asiáticos que concentran 85 por ciento de la demanda global.

De acuerdo a proyecciones oficiales en base a los informes de las compañías operadoras en las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy, el país podría más que triplicar su producción de carbonato de litio en los próximos tres años.

Entre las próximas incorporaciones de capacidad productiva instalada sobresale la ampliación de Salar Olaroz, que con una inversión de 330 millones de dólares para esta segunda etapa incrementará la producción de 20.000 a 50.000 toneladas. También se prevé la puesta en marcha del proyecto Tres Quebradas, en Catamarca, de la minera china Zijin Mining Group que prevé el desarrollo del salar homónimo con una inversión de 370 millones de dólares y estimaciones progresivas de producción de 20.000 a 40.000 toneladas anuales. Además, se espera el lanzamiento operativo de la primera fase de Sal de Vida, también en Catamarca, donde Allkem tiene su nueva planta para extracción y refinamiento de litio, con 25.000 toneladas iniciales de litio.

La capacidad total del mercado local se incrementaría nuevamente en 2024 y en 2025 llegaría a 229.500 toneladas por año, siempre de acuerdo a las estimaciones oficiales. A partir del año próximo se espera el ingreso de la primera ampliación de Fénix que en etapas sucesivas avanzará de las 20.000 toneladas actuales a un rango de entre 40.000 y 60.000 en 2025, con una inversión de 640 millones de dólares. También a inicios de 2024 se prevé la puesta en marcha de Centenario Ratones, en Salta, cuya construcción a cargo de la empresa francesa Eramet se está concretando con una inversión de 600 millones de dólares y una proyección de producción de 24.000 toneladas.

Sal de Oro, de la empresa surcoreana Posco, en el Salar del Hombre Muerto, Salta, también debería estar en condiciones de avanzar a fines de 2024 y 2025 en su etapa operativa con capacidad de producción de 25.000 toneladas anuales. Pero ese proyecto, además de prever el refinamiento del mineral para la obtención de carbonato prevé la construcción de una planta comercial de fosfato de litio y una planta comercial de hidróxido de litio, en el parque industrial de General Güemes, la que será la primera en su tipo en la Argentina.

También en Salta, el proyecto Mariana de la minera Ganfeng Lithium, prevé desarrollar a la par de producción de 20.000 toneladas de litio iniciales, un parque solar fuera de la red de 120 megavatios y 288 Mw de almacenamiento en baterías, con una inversión anunciada de 600 millones de dólares.

A este cronograma se suma la planta de Salar Rincón donde la minera estadounidense Rio Tinto, avanza con el desarrollo de una inversión de 190 millones de dólares para desarrollar una planta piloto y posterior planta comercial para una producción proyectada de carbonato de litio 25.000 toneladas.

Finalmente, y ya hacia 2026 culminaría la segunda ampliación de Mina Fénix, de forma que la capacidad instalada total del país alcanzaría las 259.500 toneladas. Toda esa producción tiene destino inicial de exportación, pero no se descarta que la Nación y las provincias avancen en una legislación que permita orientar parte mínima de esa producción a la industrialización en las provincias, a través de los distintos proyectos trazados para la fabricación de baterías.