Crecimiento alarmante de la pobreza en Argentina: dos millones más en solo seis meses

Un informe de la Universidad Torcuato Di Tella revela que entre diciembre y mayo, 14.500.000 argentinos viven por debajo de la línea de pobreza. La cifra representa un incremento de dos millones en solo medio año, reflejando la profunda crisis económica que atraviesa el país.

La pobreza en Argentina sigue en aumento a un ritmo preocupante. Un reciente informe de la Universidad Torcuato Di Tella estimó que el 49,7% de la población argentina, equivalente a 14.500.000 personas, se encontraba en situación de pobreza al cierre del semestre diciembre-mayo. Este alarmante incremento resalta la gravedad de la crisis económica y social que afecta al país.

El estudio de la Universidad Torcuato Di Tella arroja cifras contundentes: en solo seis meses, dos millones de argentinos han pasado a engrosar las filas de la pobreza. Cuando Javier Milei asumió la presidencia, el mismo informe indicaba que 12.500.000 personas no podían cubrir sus necesidades básicas. Ahora, esa cifra ha aumentado significativamente, reflejando un deterioro acelerado de las condiciones de vida.

La situación es aún más crítica si se considera la población rural, que no fue incluida en el informe. Según estimaciones, la pobreza afectaría a un total de 23.000.000 de argentinos si se incorporara esta población. Este dato subraya la amplitud de la crisis y la necesidad de políticas integrales que aborden tanto las áreas urbanas como las rurales.

El análisis de Di Tella muestra una variación en los niveles de pobreza a lo largo del semestre. En diciembre, la pobreza afectaba al 45,2% de la población. En el primer trimestre de 2024, esta cifra subió al 51,8%, para luego descender ligeramente al 48,7% en el bimestre abril-mayo. Estos vaivenes reflejan la volatilidad económica y la insuficiencia de las medidas paliativas adoptadas hasta ahora.

El informe también destaca un incremento interanual del 207% en el ingreso total familiar (ITF) durante el semestre. Sin embargo, esta subida no ha sido suficiente para compensar el aumento del costo de vida. Los hogares han tenido que ajustar sus gastos de manera drástica, reduciendo la cantidad y calidad de los alimentos, limitando los viajes, evitando la reposición de vestuario y calzado, y recurriendo a servicios públicos en lugar de privados para la educación y la salud.

Los efectos de esta crisis se observan claramente en el desempeño de diversos sectores económicos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), las ventas en supermercados cayeron un 9,3% en marzo, mientras que en autoservicios la caída fue del 10,7%. La compra de medicamentos disminuyó un 45%, y la adquisición de prendas de vestir bajó un 23%. Estos indicadores reflejan el impacto directo de la pobreza en el consumo y en la calidad de vida de los argentinos.

La Canasta Básica Total (CBT), que mide el costo de vida necesario para no caer en la pobreza, aumentó un 2,8% en mayo en comparación con abril y acumuló un incremento del 71,7% en lo que va del año. En términos interanuales, el aumento es del 290,7%. Según el Indec, en mayo un argentino necesitó $275.518 para no ser considerado pobre, mientras que una familia tipo requirió $851.351.

El informe de la Universidad Torcuato Di Tella pone en evidencia una realidad acuciante: la pobreza en Argentina sigue en ascenso, afectando a casi la mitad de la población urbana. Este incremento refleja no solo la gravedad de la crisis económica, sino también la urgencia de implementar políticas efectivas y sostenibles que puedan revertir esta tendencia y mejorar la calidad de vida de millones de argentinos. La situación demanda una acción inmediata y coordinada por parte del gobierno y todos los sectores sociales para enfrentar este desafío.