A 37 años de la ley de divorcio vincular: una revolución en el derecho de familia
El 8 de junio de 1987 marcó un antes y un después en la legislación argentina con la promulgación de la ley 23.515, que permitió la disolución del vínculo conyugal. Este hito legal desató intensos debates y enfrentó una fuerte oposición de sectores conservadores. En este artículo, repasamos su historia y su impacto en la sociedad argentina.
Precedentes históricos del divorcio en Argentina
Hasta la sanción del Código Civil de Vélez Sarsfield en 1871, el matrimonio y el divorcio en Argentina seguían los preceptos del derecho canónico, es decir, bajo la jurisdicción de la Iglesia. La celebración del matrimonio estaba reservada para la Iglesia, mientras que los jueces eclesiásticos se encargaban de decretar el divorcio, sin autorizar segundas nupcias y otorgando el divorcio solo en ciertos casos específicos.
La situación comenzó a cambiar con la promulgación de la ley 2393 en 1888, que trasladó el matrimonio y el divorcio a la jurisdicción del Estado. Sin embargo, el concepto de contraer nuevo matrimonio para personas divorciadas seguía sin modificarse. Los divorcios se concedían solo si se demostraba el incumplimiento de causales específicas.
Evolución hacia la ley 23.515
En 1954, la ley 14394 representó un avance significativo al permitir a los divorciados casarse en segundas nupcias. Este derecho, sin embargo, fue efímero. Con el golpe de Estado de 1955 y el derrocamiento del segundo gobierno de Juan D. Perón, la ley fue anulada, restringiendo nuevamente la libertad de los divorciados.
La ley 17711, promulgada en 1968, introdujo la posibilidad del divorcio por mutuo acuerdo, eliminando la necesidad de probar causales subjetivas y, en efecto, humanizando el proceso de divorcio. Aun así, seguía existiendo una rigidez que limitaba las segundas nupcias.
El verdadero cambio de paradigma llegó con la ley 23.515 en 1987. Esta normativa simplificó el proceso de divorcio, haciéndolo más accesible. Permitió que los cónyuges separados de hecho por más de dos o tres años pudieran disolver el matrimonio simplemente demostrando dicha separación. Si bien inicialmente existían restricciones para contraer nuevas nupcias dependiendo del tiempo de separación, estas limitaciones se fueron flexibilizando con el tiempo.
El impacto de la reforma del Código Civil y Comercial
La reforma legislativa de 2015, que introdujo el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, consolidó y modernizó aún más el derecho de familia en Argentina. Esta reforma eliminó las restricciones arcaicas y burocráticas, transformando el divorcio en un trámite más accesible y expedito.
El artículo 435, inciso d), del nuevo código establece el divorcio como una de las tres causales de disolución del matrimonio, junto con la muerte de uno de los cónyuges y la sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento. Este cambio reflejó un avance significativo hacia una visión más moderna y flexible del matrimonio y su disolución.
Características del proceso de divorcio en la actualidad
Hoy en día, el proceso de divorcio en Argentina se caracteriza por su brevedad y la ausencia de necesidad de invocar causales. Es un procedimiento de orden público que puede ser iniciado de manera bilateral o unilateral, según las circunstancias de los cónyuges. Los cambios introducidos por la reforma del Código Civil y Comercial han sido fundamentales para el derecho matrimonial, promoviendo principios como la autonomía de la libertad, la ruptura matrimonial consensuada y la compensación económica entre cónyuges.
Reflexiones a 37 años de la Ley 23.515
La promulgación de la ley 23.515 hace 37 años fue un punto de inflexión en la historia del derecho de familia en Argentina. Permitió a miles de personas ejercer su libertad y autonomía personal, deshacerse de matrimonios insatisfactorios y comenzar nuevas vidas. Este cambio legislativo fue el resultado de décadas de lucha y evolución social, marcando un avance significativo hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Un camino de libertad y justicia
El recorrido hacia la promulgación de la ley de divorcio vincular en Argentina fue largo y lleno de obstáculos, pero su implementación ha demostrado ser un paso fundamental en la promoción de los derechos individuales y la justicia social. A 37 años de su entrada en vigencia, es importante recordar y valorar este logro como una conquista de la libertad personal y la igualdad de género, que ha permitido a innumerables argentinos construir nuevas vidas y relaciones basadas en el respeto y la libertad mutua.