Crisis alimentaria en AMBA: cierran 13 comedores comunitarios por falta de fondos

La Red de Apoyo Escolar y Educación Complementaria (RAE) y el colectivo InterRedes anunciaron el cierre de 32 comedores comunitarios en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) debido a la falta de transferencias de fondos por parte del Estado nacional.

Un golpe a los sectores más vulnerables

La crisis alimentaria en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha alcanzado un punto crítico con el cierre de 13 comedores comunitarios, anunciado por la Red de Apoyo Escolar y Educación Complementaria (RAE). Estos cierres, que se efectivizarán a partir del jueves 30 de mayo, se suman a los 19 comedores comunitarios de InterRedes que también cesarán sus actividades por la misma razón: la falta de fondos transferidos por el Estado nacional para la compra de alimentos.

La magnitud del problema

La decisión de cerrar estos comedores afecta directamente a más de 3.000 niñas, niños, jóvenes y adultos que dependían de la RAE para su alimentación diaria. En el caso de InterRedes, la cifra asciende a 5.000 personas. En total, más de 8.000 personas quedarán sin la asistencia alimentaria que recibían hasta ahora.

La situación es aún más alarmante si se considera que un total de 183 comedores comunitarios, que brindan asistencia a cerca de 20.000 personas, también están en riesgo de cerrar debido a la falta de pago de los fondos destinados al Programa de Abordaje Comunitario (ex PNUD), dependiente del Ministerio de Capital Humano.

Ubicación de los comedores afectados

Los comedores que dejarán de operar están ubicados en varios municipios del AMBA, incluyendo San Martín, San Isidro, Moreno, Tigre, Vicente López, San Fernando, José León Suárez y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Estos centros son esenciales para las comunidades locales, proporcionando no solo alimentación, sino también un lugar seguro y de apoyo para muchos individuos y familias en situación de vulnerabilidad.

El impacto en las comunidades

El cierre de estos comedores no solo deja a miles de personas sin comida, sino que también genera un vacío en la red de apoyo social y comunitario que es fundamental para el bienestar de los sectores más desfavorecidos. Para muchas familias, estos comedores son la única fuente de alimentación confiable, y su cierre puede agravar significativamente la situación de inseguridad alimentaria en la región.

Cumplimiento de requisitos y auditorías

A pesar de esta difícil situación, la RAE y el colectivo InterRedes han destacado que han cumplido con todos los requerimientos legales y administrativos exigidos por el Estado. Además, han pasado todas las auditorías mensuales implementadas por el Ministerio de Capital Humano. Sin embargo, a pesar de este cumplimiento, la falta de transferencias de fondos ha llevado a una situación insostenible.

Declaraciones de los afectados

En un comunicado oficial, la RAE expresó su profunda preocupación por el impacto del cierre de los comedores: «Estamos enfrentando una crisis alimentaria sin precedentes. A pesar de haber cumplido con todas las normativas y requerimientos, nos encontramos en una situación en la que no podemos continuar operando sin los fondos necesarios.»

El rol del Estado

La falta de transferencia de fondos por parte del Estado nacional ha sido el detonante de esta crisis. El Programa de Abordaje Comunitario, que anteriormente formaba parte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es esencial para la financiación de estos comedores. La inacción y falta de respuesta por parte del Ministerio de Capital Humano ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria de miles de personas.

El cierre de 13 comedores comunitarios por parte de la RAE y 19 más por InterRedes es un claro indicativo de la gravedad de la crisis alimentaria en el AMBA. Con más de 8.000 personas ya afectadas y 183 comedores adicionales en riesgo, es imperativo que el Estado nacional tome medidas urgentes para restablecer los fondos necesarios y asegurar que las personas más vulnerables no queden desamparadas. La continuidad de estos comedores es crucial para el bienestar de miles de familias que dependen de ellos para su alimentación diaria.