Ola de frío en el AMBA y la provincia de Buenos Aires: qué tiene que pasar para que caiga nieve

El Servicio Meteorológico Nacional pronostica una semana gélida en el AMBA, aumentando las expectativas de nevadas. 

Con la llegada del invierno, el AMBA se prepara para enfrentar una ola de frío excepcional, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Las bajas temperaturas previstas para los próximos días podrían marcar el punto más álgido del año en la región, aumentando las posibilidades de ver nevadas en la ciudad y sus alrededores.

El pronóstico trimestral emitido por el SMN alertó sobre la llegada de uno de los inviernos más fríos en mucho tiempo para la provincia de Buenos Aires. Para el sábado 25 de mayo, se prevé que se registre el día más frío del año en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con pronósticos de nevadas para el domingo en diversas localidades del interior de la Provincia.

La probabilidad de que se produzcan nevadas en Buenos Aires depende de ciertas condiciones meteorológicas. Para que la nieve caiga, se necesita un aire frío tanto en la superficie como en las capas altas de la atmósfera, con temperaturas iguales o inferiores a 0°C a lo largo de toda la columna de aire por la que descienden las precipitaciones. Además, es fundamental la presencia de humedad en la atmósfera, que permite la formación de nubes y, posteriormente, de nieve. Por último, se requiere que las precipitaciones se produzcan en forma de nieve, lo que implica que las nubes deben encontrarse a una temperatura lo suficientemente baja como para que los cristales de hielo no se derritan antes de llegar al suelo.

Según el ingeniero Eduardo Rollero, se esperan nevadas para el domingo 26 de mayo en varias zonas del país, incluyendo las sierras de Buenos Aires. Para el resto del territorio bonaerense, se anticipan heladas, que podrían ser moderadas o incluso fuertes.

Con la expectativa de temperaturas extremadamente bajas y la posibilidad de nevadas en el horizonte, los habitantes de Buenos Aires se preparan para enfrentar uno de los inviernos más rigurosos en mucho tiempo. Mientras tanto, la ciudad espera con ansias la llegada de un fenómeno tan infrecuente como mágico: la caída de nieve sobre sus calles.