Alerta en la industria textil: temen más pérdida de trabajo por la apertura de las importaciones

Más de 1500 trabajadores del sector textil han sufrido suspensiones parciales, reducción de la jornada laboral y despidos en lo que va del año. La apertura de las importaciones, impulsada por el gobierno nacional, agrava la crisis y pone en riesgo la estabilidad laboral de miles de empleados.

La industria textil argentina se encuentra en un estado de alerta máxima ante la apertura de las importaciones promovida por el gobierno nacional. Esta medida, sumada a la ya precaria situación económica, ha llevado a la suspensión parcial y reducción de la jornada laboral de más de 1500 trabajadores en lo que va del año, mientras los despidos continúan en aumento. Iván Cussi, dirigente gremial de la Asociación Obrera Textil de Rosario, expresó su preocupación por el futuro del sector y la constante lucha por mantener los puestos de trabajo.

La crisis en la industria textil se ha profundizado en los últimos meses debido a la política de apertura de importaciones implementada por el gobierno nacional. Según Iván Cussi, dirigente gremial de la Asociación Obrera Textil de Rosario, “la situación es cada vez más difícil y la lucha diaria por conservar cada puesto de trabajo es un gran esfuerzo”. Esta medida ha generado un clima de tensión e incertidumbre entre los trabajadores y empresarios del sector.

Cussi relató que, hace dos semanas, se realizó un plenario de secretarios generales donde se discutió la crítica situación que atraviesa la industria textil a nivel nacional. “Todos estuvieron argumentando la situación que se vive, con suspensiones, despidos y retiros voluntarios. Hoy, con la incertidumbre que hay en el país, la mayor parte de los empresarios no saben qué hacer, porque con la apertura de las importaciones, cada vez hay más pérdida de puestos de trabajo”, afirmó.

El dirigente gremial también recordó los difíciles años de la década de 1990, durante el gobierno de Carlos Menem, cuando la importación masiva de textiles y prendas confeccionadas llevó al cierre de numerosas fábricas nacionales. “En esa época, se importaban rollos inmensos de tela y nunca les importó absolutamente nada todo lo que tenía que ver con el trabajo argentino, o terminaban comprando ropa ya terminada y confeccionada en Corea, Asia y otros lugares. Esperamos no repetir esa historia”, subrayó Cussi.

La apertura de las importaciones ha provocado que muchos empresarios del sector textil se enfrenten a grandes dificultades para mantener sus operaciones. “La mayor parte de los empresarios nos dicen que les está costando mucho conseguir pedidos y poder sacar algún trabajo. Sabemos que la industria textil es algo que pueden dejar de lado, porque es prioritario comer o pagar un impuesto antes que comprarse una remera”, explicó Cussi.

Además de los problemas inmediatos, la situación actual pone en riesgo las negociaciones paritarias que se deben realizar en mayo. “Estamos atravesando un duro momento, y con el Consejo Directivo estamos viendo cómo podemos afrontar también el tema de paritaria. Nos tenemos que juntar en mayo”, señaló el dirigente gremial.

Cussi destacó el apoyo que la Asociación Obrera Textil de Rosario ha recibido de la CGT Rosario y de otros gremios como la UOCRA y los tractoristas, quienes también están siendo afectados por las políticas de importación. “Se viene haciendo un trabajo arduo con el tema del apoyo a toda la industria, con los compañeros de la UOCRA, tractoristas, que también están sufriendo mucho el cambio de gobierno y el tema de importación”, detalló.

El impacto negativo de la apertura de las importaciones se siente especialmente en ciudades como Rosario, donde la industria textil siempre ha sido una parte fundamental de la economía local. “La industria textil en Rosario siempre fue muy importante para la Confederación Nacional, siempre fue el boom, pero la política de este gobierno está afectando mucho a la industria y se está reflejando. Hoy, en un país sin industria, se pierde mucha mano de obra, mucha capacitación y ese es el perjuicio del día de mañana”, concluyó Cussi.

La apertura de las importaciones representa una amenaza tangible para la estabilidad laboral en la industria textil argentina. Las suspensiones, reducciones de jornada y despidos ya son una realidad para miles de trabajadores, y el futuro se presenta incierto. Mientras los gremios y las organizaciones laborales luchan por proteger los empleos, la industria textil enfrenta uno de sus momentos más críticos. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para definir el rumbo de un sector que históricamente ha sido un pilar de la economía nacional y que hoy se encuentra al borde del abismo.