Ajuste a universidades nacionales: recorte del 34% en el primer trimestre

La prórroga del presupuesto 2023 ha golpeado duro al sector universitario argentino, con un recorte del 34% en ejecución presupuestaria en el primer trimestre. Análisis detallado revela el impacto en programas clave.

La decisión del gobierno de prorrogar el presupuesto 2023 ha dejado una profunda marca en las universidades nacionales argentinas. Solo en los primeros tres meses de este año, la ejecución presupuestaria mostró una reducción del 34% en comparación con el mismo período del año pasado. Además, se proyecta un recorte del 72% para uno de los principales programas universitarios.

El ajuste ha generado una situación crítica en las casas de estudio de todo el país. El gobierno nacional anunció aumentos en las partidas para el sector, con un 70% de incremento en marzo y cifras similares para mayo. Sin embargo, desde el Concejo Universitario Nacional (CIN) expresaron su preocupación, señalando que el anuncio llegó sin propuestas previas ni acuerdos, apuntando a desactivar una marcha universitaria convocada para el 23 de abril en rechazo al ajuste.

El primer trimestre de 2024 refleja la realidad de este ajuste. La ejecución presupuestaria del gobierno nacional en el sector universitario cayó un 30% en términos reales, superando incluso el promedio del gasto público nacional. Partidas como el «Desarrollo de la Educación Superior» experimentaron una disminución del 32,9%, mientras que las becas Progresar sufrieron un recorte del 46,9%. Programas de infraestructura universitaria apenas tuvieron ejecución.

La caída en la participación del gasto en educación superior dentro del total es notoria. En el primer trimestre de 2023, representaba el 3,7% del presupuesto total, mientras que en 2024 cayó al 3,5%. El presupuesto destinado a la educación superior está principalmente compuesto por el «Desarrollo de la Educación Superior», que explica más del 90% del gasto total.

Dentro de este programa, los recortes afectan a todas las actividades. Los fondos para salarios docentes y de autoridades disminuyeron un 32%, mientras que para el personal no docente fue del 28%. El financiamiento para el funcionamiento universitario se redujo en un 60%. Las transferencias a hospitales universitarios cayeron un 72%, y otros programas como el Fondo Universitario para el Desarrollo Regional no recibieron asignación.

Además, la ejecución presupuestaria del primer trimestre de 2024 es la más baja desde 2006, con una disminución del 33% en comparación con el mismo período de 2023. El presupuesto por estudiante también muestra una caída drástica, siendo el más bajo desde 1997.

En el contexto de un escenario universitario afectado por la prórroga del presupuesto, las cifras reflejan una realidad preocupante. El ajuste del 34% en el primer trimestre y las proyecciones de recortes aún mayores para programas esenciales ponen en riesgo el funcionamiento de las universidades. La lucha por una educación superior pública y de calidad continúa, mientras el sector enfrenta uno de los desafíos más grandes de su historia.