Argentina entre los países con salarios mínimos más bajos de América Latina

La devaluación y la inflación profundizan la brecha salarial en Argentina, colocándola junto a Nicaragua, Haití, Cuba y Venezuela con ingresos mínimos insuficientes. Un panorama desafiante para la economía y el bienestar de los argentinos.

Argentina enfrenta una situación preocupante en materia salarial, ubicándose entre los países con los ingresos mínimos más bajos de América Latina. Agravado por la devaluación y la inflación, el salario mínimo en el país se encuentra en un nivel crítico, comparado con naciones vecinas como Costa Rica, Uruguay y Chile, donde los ingresos duplican e incluso triplican los que se perciben en Argentina.

El gobierno de Javier Milei dispuso recientemente un aumento del salario mínimo, llevándolo de $156.000 a $208.000 en marzo. Sin embargo, este incremento no logra equiparar la brecha con los países vecinos, situando a Argentina en un grupo que comparte ingresos mínimos preocupantemente bajos con Nicaragua, Haití, Cuba y Venezuela.

Según datos oficiales, los países con salarios mínimos más altos en la región son Costa Rica (USD 714), Uruguay (USD 594), Chile (USD 470), Ecuador (USD 460) y México (USD 456). Argentina, por su parte, queda rezagada con un ingreso mínimo que apenas supera los USD 200,80 al tipo de cambio libre.

La inflación en Argentina, que continúa siendo una de las más altas del mundo, complica aún más el panorama. En febrero, el país registró una inflación del 13,2%, acumulando un alarmante 276% en un año. Este escenario contrasta con la tendencia global, donde se espera una disminución en el nivel de inflación para la mayoría de los países, pero no así en Argentina, donde las proyecciones no auguran cambios significativos.

El impacto de esta situación se evidencia en el deterioro del poder adquisitivo de los salarios de los argentinos, que se aproximan a niveles similares a los de la salida del régimen de la convertibilidad. La consultora Focus Market destaca que la inflación constante de los últimos años ha erosionado fuertemente el valor de los salarios en el país, afectando tanto a trabajadores en blanco como a los que se desempeñan en la informalidad.

La brecha salarial y la pérdida de poder adquisitivo en Argentina representan un desafío crucial para la estabilidad económica y el bienestar de los ciudadanos. Mientras el gobierno implementa medidas para intentar frenar esta tendencia, la realidad muestra que el camino hacia la equidad salarial y el crecimiento económico sostenible aún es largo y complejo. Con la esperanza puesta en políticas efectivas y un contexto global más favorable, los argentinos enfrentan un escenario desafiante que requiere de soluciones urgentes y eficaces.