Jubilados en el ojo de la tormenta: El impacto del ajuste en el primer bimestre
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal revela que la baja de haberes jubilatorios representa el 43% del ajuste del gasto público en el primer bimestre. La pérdida de poder adquisitivo deja a los jubilados en una situación crítica.
En un primer análisis del año, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destapa datos alarmantes sobre el ajuste en el gasto público. La reducción del 33% en el primer bimestre no solo impacta las finanzas nacionales, sino que recae en los hombros de quienes menos recursos tienen: los jubilados.
Según el informe del IARAF, el gasto primario devengado de la Administración Nacional descendió un 33%, con un preocupante 43% destinado al ajuste de las jubilaciones. En febrero, el gasto primario alcanzó los $4.070.000 millones, mostrando una caída real interanual del 36,4%, superando las cifras registradas en meses previos.
Los rubros más afectados fueron las transferencias totales a provincias (-67%), Bienes y Servicios (-44,1%), y transferencias a universidades (-40,7%). El gasto en jubilaciones y pensiones contributivas también se desplomó un 33,5%, reflejando la magnitud del ajuste.
En enero, las jubilaciones ya habían sido recortadas en un 33%, contribuyendo con el 35% del ajuste total. Este fenómeno persistió en febrero, llevando la participación de los jubilados al 43% del ajuste acumulado en el primer bimestre.
El presidente Javier Milei, defensor del ajuste, señala que los jubilados son el «segmento etario que menos pobres tiene», justificando así la reducción de sus haberes. Sin embargo, los datos del IARAF revelan que la licuación de jubilaciones y salarios explica la mitad de la reducción total de gasto primario.
Impacto social y reflexiones
El ajuste en el primer bimestre del año se traduce en una pérdida significativa para los jubilados, quienes enfrentan una disminución del 43% en su poder adquisitivo. La promesa de Milei de que el ajuste recaería en los sectores con mayores recursos se contradice con la realidad de quienes menos tienen.
La urgente necesidad de revisar estas medidas se torna evidente, pues la estabilidad económica no puede lograrse a expensas de los más vulnerables. El impacto social de este ajuste deja a los jubilados en una situación precaria, cuestionando la equidad y sostenibilidad de las decisiones gubernamentales.
Reflexiones del IARAF y perspectivas futuras
Desde el IARAF indicaron que la licuación de jubilaciones y salarios del primer bimestre explica la mitad de la reducción total de gasto primario ejecutada en el periodo y señalaron que «la vigencia de una fórmula de movilidad que corrige los haberes en base a la inflación pasada ha provocado un deterioro significativo del poder adquisitivo de los jubilados en los primeros meses del año».
En ese sentido, indicaron que «un jubilado con la mínima va a terminar marzo con una pérdida de poder adquisitivo del 43% respecto al mismo periodo del año 2023. La contracara de semejante pérdida de poder adquisitivo es una baja importante del gasto real en jubilaciones y por esa vía del total de gasto».
La conclusión es clara: el ajuste impacta directamente en los sectores más vulnerables, en particular, los jubilados. La pregunta que queda en el aire es si estas medidas son sostenibles a largo plazo y si, en aras de la estabilidad económica, se debe sacrificar la calidad de vida de quienes construyeron la nación.
En conclusión el análisis del IARAF sirve como alerta sobre la necesidad de un diálogo social que permita ajustes económicos sin sacrificar los derechos fundamentales de los ciudadanos. El panorama se presenta desafiante, y la sociedad demanda respuestas que garanticen un equilibrio entre estabilidad y justicia social. En un país donde la historia y la solidaridad son valores fundamentales, la mirada sobre el bienestar de los jubilados debe ser prioritaria en la agenda política y económica.