A 23 años del trágico asesinato de Natalia Melmann, el caso sigue generando conmoción y determinación por parte de sus familiares y la comunidad de Miramar. En este nuevo aniversario, la movilización cobra fuerza, con un enfoque claro: exigir justicia y profundizar la investigación sobre un posible quinto sospechoso, en medio de las revelaciones surgidas de los peritajes realizados.
Marcha por justicia: Desde la plaza central de Miramar, una marcha nocturna se organiza para recordar a Natalia Melmann y respaldar la incansable lucha de sus familiares. La demanda de justicia sigue siendo el lema, mientras los condenados cumplen prisión perpetua.
Reclamo de investigación: La familia de Natalia insiste en la necesidad de investigar a fondo el quinto perfil genético descubierto en los peritajes. Aunque cuatro policías ya cumplen condena perpetua, la presencia de otro ADN plantea interrogantes sobre la posibilidad de un quinto implicado en el crimen.
Reflexión y compromiso: En un comunicado, los familiares destacan la vigencia de su lucha durante 23 años y enfatizan que su objetivo es lograr que los condenados permanezcan en prisión. Remarcan que la provincia de Buenos Aires no olvida a Natalia y, al mismo tiempo, exigen una investigación más profunda que aclare la participación del quinto sospechoso.
Antecedentes del caso: El brutal secuestro, violación y asesinato de Natalia Melmann en 2001 movilizó a la comunidad y generó un clamor nacional por justicia. A pesar de las condenas a perpetua a cuatro policías, la persistencia de la familia en su búsqueda de la verdad ha llevado a nuevas instancias judiciales y descubrimientos de perfiles genéticos adicionales.
Nuevo juicio y revocación de beneficios: Un nuevo juicio en 2018, que llevó a la condena a perpetua del cuarto policía implicado, Ricardo Panadero, evidenció la necesidad de continuar investigando. Los beneficios de salidas transitorias otorgados a los primeros tres policías condenados fueron revocados ante los reclamos de la familia, fortaleciendo la idea de que la lucha por justicia sigue vigente.
El caso de Natalia Melmann no solo es una trágica memoria en la historia de Miramar, sino también un recordatorio de la necesidad constante de esclarecer la verdad y garantizar la justicia, incluso décadas después del terrible suceso.