En Argentina, la lactancia exclusiva hasta los 6 meses creció el 50% en 10 años

 

Para los especialistas es una señal auspiciosa ya que la Organización Panamericana de la Salud establece que la lactancia es la «forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, y protección contra las enfermedades».

Si bien hoy 45% de los niños y niños se alimentan con lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de vida y esto representa un crecimiento del 50% respecto a 2011, especialistas en pediatría aseguran que es posible «que esa cifra siga creciendo en forma sostenida» a partir solamente de un mejor cumplimiento de la legislación vigente.

Según datos oficiales de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna (ENaLac) de 2022, elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación, la prevalencia de lactancia materna exclusiva a los 6 meses de vida alcanza al 45% mientras que en 2011 ese indicador ascendía sólo al 30%.

«Es auspicioso que las tasas de lactancia materna exclusiva a los seis meses de vida hayan crecido; sin embargo, tenemos que trabajar en forma multidisciplinaria para que se cumpla todo un abanico de medidas que contribuyan a que esa cifra siga creciendo en forma sostenida», sostuvo Fernando Burgos, médico pediatra, jefe del área Ambulatoria de pediatría del hospital Austral, miembro de la sociedad argentina de pediatría y miembro del Departamento Científico del Fundación Vacunar.

La tasa de lactancia materna exclusiva a los seis meses en América Latina y el Caribe, a partir de cifras de Unicef de 2021, alcanza el 37%, lo que pone a Argentina en un lugar destacado en la región teniendo en cuenta que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establece que la lactancia es la «forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, así como brindando protección contra las enfermedades» y la OMS se posicionó de manera similar.

Las oportunidades de seguir mejorando el indicador en la Argentina vienen de la mano de la implementación de diferentes políticas facilitadoras ya legisladas, tales como la prolongación de las licencias de maternidad, la flexibilización de los horarios laborales, la instalación de lactarios o guarderías y la adaptación de los lugares de trabajo.

La estrategia para promover que siga creciendo la lactancia materna no es -para Burgos- generar nueva legislación que pase por encima de la legislación actual, sino hacer cumplir la que está vigente.

Así, la Ley N° 26.873 de Promoción y Concientización Pública de la Lactancia Materna impulsa -entre otros considerandos- la creación de centros de lactancia y bancos de leche materna, y en el ámbito laboral propicia la creación de espacios Amigos de la Lactancia.

Por otro lado, la Dirección de Salud Perinatal y Niñez, a través del Plan 1.000 Días, recomienda la «instalación de un Espacio Amigo de la Lactancia (EAL) permanente en todo ámbito de trabajo donde se desempeñen 20 o más personas con capacidad de gestar o en edad fértil».

Otras normativas que contemplan los derechos de quienes dan de lactar son la ley de contrato de trabajo (Art. 179) y la ley conocida como ley de 1000 días (N° 27.611).

«Si bien la licencia por maternidad nacional implica 45 días de licencia postparto, formalmente los 3 meses se componen de 45 días antes de dar a luz y 45 después o, a lo sumo 30 y 60, lo que impacta negativamente en el sostenimiento de la lactancia exclusiva(FW)

«Muchas veces, los aspectos logísticos son los verdaderos enemigos del sostenimiento de la lactancia. Con frecuencia, mantener la lactancia exclusiva se dificulta cuando la mamá debe regresar a su trabajo, las barreras son muchas y el entorno no ayuda», subrayó Burgos.

«Deberían existir más centros de lactancia y bancos de leche materna; más lugares de trabajo tendrían que cumplir con los beneficios y derechos que tiene la mamá que amamanta, como los lactarios, la flexibilidad de horarios y traslados», agregó.

En la última ENaLac, las madres refirieron que el abandono de la lactancia se da porque «tuvieron que salir a trabajar», «era muy difícil amamantar y sostener las otras tareas» o porque, «el niño se quedaba con hambre», entre otras razones.

Los beneficios de la lactancia se observan a corto y a largo plazo: ‘disminuye la incidencia de la aparición de las enfermedades comunes de la primera infancia y brinda beneficios en la salud de la vida adulta’.

También confiere beneficios a la madre lactante, como efectos favorables en el metabolismo del calcio, disminución del riesgo de osteoporosis, mejoras en la salud cardiovascular y reducción del riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario, entre otros.