Indagaron al joven sospechado por las amenazas a las embajadas de Israel y Estados Unidos

 

El acusado, de 18 años, fue indagado por el juez federal Ariel Lijo, quien tiene a su cargo una investigación que comenzó en agosto pasado, luego de que la embajada de EEUU denunciara que había recibido un mail amenazante.

El joven que había sido detenido como sospechoso de haber concretado las amenazas de bomba que recibieron este miércoles por correo electrónico las embajadas de Israel y Estados Unidos negó este jueves haber sido el responsable de esos envíos, pero tras la indagatoria la Justicia ordenó que permanezca detenido, informaron fuentes judiciales.

El acusado, de 18 años, fue indagado por el juez federal Ariel Lijo por el delito de «intimidación pública» y la sospecha de los investigadores es que este mismo imputado tiene relación directa con las amenazas que había recibido en agosto pasado la Embajada de Estados Unidos.

La causa por las amenazas de ayer en las embajadas de Israel y de Estados Unidos estaba a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti, pero por una cuestión de conexidad con el expediente de agosto pasado, se decidió que toda la investigación quede en manos de Lijo.

«Se intercambió información que permitió detectar patrones similares entre los hechos de agosto y de ayer», dijo a Télam una fuente judicial.

Además, los voceros informaron que, de acuerdo a la investigación, también se cree que el imputado es el responsable de una serie de mensajes intimidatorios que a principios de este mes recibieron las diferentes cuentas oficiales de email de las embajadas de Estados Unidos, Israel, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Irán y la Delegación de la Unión Europea.

Según las fuentes, el denominador común de esos mensajes consistía concretamente en amenazas de bomba realizadas a las diferentes sedes diplomáticas, acompañados de amenazas hacia los distintos funcionarios de las embajadas.

La detención del imputado se concretó anoche luego de que expertos informáticos y detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) descubrieran que desde su domicilio en la localidad bonaerense de Don Torcuato, partido de Tigre, habían partido los mensajes intimidatorios.

Fuentes de la investigación explicaron que se llegó al acusado tras lograr detectar que IP dinámico (un código de identificación única) del dispositivo del que se habían mandado los primeros mails con las amenazas estaba asociado también a su cuenta de Instagram.

En la indagatoria, el joven negó haber sido quien realizó las amenazas y sostuvo que en alguna oportunidad su cuenta de Facebook había sido hackeada, lo que a los investigadores les pareció un intento por explicar que alguien pudo haber manipulado sus dispositivos por él.

Las fuentes consultadas explicaron que el joven permanecerá detenido en el Departamento Unidad de Investigación Antiterroristas (DUIA) de la Policía Federal Argentina mientras se analizan todos los dispositivos electrónicos, entre ellos los teléfonos celulares, secuestrados en el allanamiento del lugar donde se lo detuvo.

Además, será cometido a un estudio psicológico informaron las fuentes.

En el caso se aplicaron diferentes técnicas de investigación, como análisis en fuentes abiertas, redes sociales y chequeos sobre diferentes domicilios, para lograr individualizar e identificar a la persona sospechosa de enviar los mails.

Pero para determinar efectivamente que la IP utilizada en los correos electrónicos coincidía con el domicilio del sospechoso, el Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista, con anuencia del Magistrado Interventor, solicitó la colaboración de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia.

Contando con esa información, y establecida que la IP se trataba del domicilio del sospechoso, el juzgado federal actuante libró orden de allanamiento y detención del involucrado, quien quedó alojado en la División Alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales.

En el lugar se procedió al secuestro de material probatorio para la investigación, entre ellos teléfonos celulares, notebooks; pendrives, entre otros dispositivos de almacenamiento para sus respectivas pericias.

El hecho

Primero se conoció una amenaza de bomba vía mail recibida en la sede diplomática israelí ubicada en el barrio porteño de Monserrat, sobre la Avenida de Mayo al 700, donde se cortó el tránsito para realizar las tareas de rigor.

Más tarde, se supo que una amenaza similar, también vía correo electrónico, fue recibida en la Embajada de Estados Unidos y denunciada por el jefe de seguridad de esa sede ante la Comisaría Vecinal 14C.

Tras las inspecciones realizadas por personal del escuadrón antibombas de la PFA en ambas embajadas, se estableció que no había ningún artefacto explosivo.