Murió «La Chancha» Ale, señalado como responsable de la desaparición de Marita Verón

 

El líder del «Clan Ale» falleció debido a complicaciones derivadas de las enfermedades crónicas que padecía y por las que cumplía prisión domiciliaria por varios delitos que incluían la explotación sexual. Nunca llegó a ser juzgado por el caso de la joven desaparecida.

Rubén “La Chancha” Ale, líder de una organización criminal conocida como el “Clan Ale” que opero en Tucumán con extorsiones, lavado de dinero proveniente del narcotráfico y la trata de personas, murió en un hospital local al que había sido trasladado mientras cumplía prisión domiciliaria luego de haber sido condenado en 2017 por un tribunal oral federal de esa provincia.

«La Chancha» Ale, quien había sido señalado por familiares de la víctima como el responsable de la desaparición de María de los Ángeles «Marita» Verón, falleció cerca de las 21 del miércoles en el hospital Centro de Salud de la capital tucumana, donde se encontraba internado ya que padecía obesidad mórbida, mal de Parkinson y complicaciones cardíacas, según reportaron sus familiares.

Ale y su hermano Ángel “El Mono” Ale eran considerados los jefes máximos del clan, pero si bien tenían condena firme por distintos delitos, entre ellos robos, homicidios, amenazas y lesiones, nunca fueron juzgados por la desaparición de «Marita» Verón a pesar de las sospechas de Susana Trimarco, madre de la víctima.

La investigación del Clan Ale comenzó en febrero de 2013 a raíz de un informe de inteligencia financiera, que dio lugar a que el Ministerio Público Fiscal formulara una denuncia ante la Justicia Federal.

José Sbattella, por entonces titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), impulsó la causa luego de una presentación de Trimarco, madre de «Marita» Verón, cuyo paradero se desconoce desde que fue secuestrada en abril de 2002 para obligarla a ejercer la prostitución en la provincia de La Rioja, según dio por probado la Corte Suprema de Justicia tucumana.

El proceso judicial, también impulsado por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), implicó una profunda investigación sobre las actividades del grupo.

Es que la UIF individualizó en forma muy precisa y documentada maniobras por un total de $ 39.556.960,52 y la utilización de diversas sociedades comerciales tales como la firma Cinco Estrellas S.R.L., Point Limits S.R.L. y Transportadora Leonel S.R.L.

En el 2014 Rubén Ale fue detenido durante un operativo que llevaron adelante las fuerzas federales, en el marco de esa investigación.

En ese entonces fue alojado en el penal de Ezeiza donde permaneció un poco menos de un mes, porque allí funciona un hospital para los reclusos que padecen enfermedades crónicas, y luego fue trasladado a su casa en Tucumán, donde cumplió prisión domiciliaria.

El 18 de diciembre de 2017, el Tribunal Oral Federal de Tucumán condenó a 13 miembros del Clan Ale, entre ellos a sus líderes «La Chancha» y «El Mono», quienes recibieron penas de 10 años de prisión y una multa de $ 8 millones como autores de los delitos de «lavado de dinero proveniente de la usura, la extorsión, la explotación económica del ejercicio de la prostitución y el comercio de estupefacientes, y por asociación ilícita en carácter de jefe«.

Los otros integrantes del clan, Fabián Antonio González, Víctor Alberto Suárez, María Jesús Rivero, María Florencia Cuño, Valeria Fernanda Bestán, Julia Esther Picone, Ernesto Santos Catulo, César Marcelo Manca, Carlos Rolando Ocampos, Enrique Lorenzo Chanampa y José Augusto Lucero, recibieron penas de entre siete y tres años.

En tanto, Oscar Dilascio, Hernán Lazarte y Sergio Parrado fueron absueltos.

Mientras se desarrollaba el juicio, Ale -junto a otros miembros del clan que se encontraban en prisión preventiva- fueron liberados por orden de la Cámara Nacional de Casación Penal, pero luego de conocerse la sentencia tuvieron que volver a prisión.

Ale cumplía su condena en prisión domiciliaria en su casa a causa de sus problemas de salud, hasta que tuvo que ser internado en el hospital donde finalmente falleció en la víspera.

También lideró la barra brava del Club Atlético San Martín, conocido como «El Santo», uno de los más reconocidos de la provincia, y se transformó en el titular de la empresa que lo gerenció.

En esos momentos, «El Santo» pasó de jugar la Liga Tucumana de Fútbol a Primera, luego la Justicia Federal confirmó que era utilizado por Ale para lavar dinero.