Nuevas evidencias apuntan a perros mapache chinos como origen del COVID

 

El análisis de secuencias genéticas de muestras de animales del mercado de Wuhan donde se detectaron los primeros casos de COVID-19 ha encontrado el SARS-CoV-2 en un perro mapache, y sugieren que pudo ser el que transmitió el virus a los humanos.

Tres años después de que comenzara la pandemia por COVID-19 todavía no se ha podido determinar la procedencia exacta del coronavirus SARS-CoV-2, a pesar de diversas teorías que apuntaban desde a murciélagos a perros callejeros pasando por una posible fuga en un laboratorio. Pero nuevas evidencias científicas apuntan a que un perro mapache infectado podría haber sido el origen animal del COVID que ha acabado con la vida de millones de personas.

Un equipo internacional de científicos ha llegado a esta conclusión preliminar tras analizar secuencias genéticas del mercado de Wuhan y, aunque no se trata de una prueba definitiva y es necesario que sea revisada por otros científicos, es la evidencia más sólida sobre el origen animal de la pandemia que se ha encontrado hasta ahora y vuelve a señalar como causa más probable que se produjera una transmisión del coronavirus a los humanos a través de animales infectados, en vez de una fuga accidental del virus de un laboratorio de Wuhan, como planteaba hace tres semanas el último informe de Estados Unidos.

El nuevo informe ha sido realizado por un equipo formado por virólogos, expertos en genómica y biólogos evolutivos que han analizado secuencias genéticas de muestras tomadas de animales del mercado de esta ciudad china y han identificado el SARS-CoV-2 en un tanuki, un perro mapache o mapache japonés que se vendió ilegalmente a finales de 2019. La viróloga Angela Rasmussen que ha participado en esta investigación ha afirmado en declaraciones a The Atlantic que “esto es un indicio sólido de que los animales del mercado estaban infectados. No hay otra explicación que tenga sentido”.

Es la primera vez que este material genético se pone a disposición de científicos de fuera de China, gracias a que investigadores del CDC chino compartieron los datos en la web abierta GISAID, y aunque posteriormente la información se ha retirado varios grupos internacionales ya habían accedido a ellos y los habían descargado. Los investigadores chinos presentaron sus resultados en febrero de 2022, pero en ese momento pensaban que los animales que habían dado positivo al virus podrían haber sido contagiados por seres humanos.

Árbol genealógico del coronavirus SARS-CoV-2

Los resultados de la nueva investigación –que todavía no se han publicado en ninguna revista científica, aunque fueron presentado a la OMS el pasado 14 de marzo– revelan que varias muestras positivas al SARS-CoV-2 se asocian a un antecedente con material genético animal. Los investigadores, entre los que se encuentra Edward Holmes, que es uno de los expertos que ha desempeñado un papel clave en la lucha contra el COVID, han diseñado un árbol genealógico del coronavirus cuyo origen más probable se remonta al perro mapache, un mamífero que se cría para su comercialización en China y que tendría la capacidad de contagiar este tipo de virus a las personas.

Los hallazgos no constituyen una prueba concluyente de que el origen de la pandemia esté en la transmisión del virus a los humanos a través de este animal, ya que la vía de transmisión podría haber sido otro animal, e incluso una persona infectada con el SARS-CoV-2 podría haberle pasado el virus al perro mapache.

Sin embargo, según ha informado The New York Times, el análisis ha determinado que los mapaches han depositado firmas genéticas en el mismo lugar donde se dejó el material genético del virus: un escenario en el que el virus se contagió a los humanos por un animal salvaje porque muchos de los primeros casos de COVID se detectaron trabajadores, clientes o personas que residían cerca del mercado de Wuhan.