¿Qué es la «violencia vicaria» y cuáles son las señales de alerta?
Los agresores buscan «causar la muerte en vida» a la madre al ejercer daños sobre sus hijos
Este tipo de violencia de género afecta principalmente a las mujeres, y es provocado por sus parejas o exparejas cuando maltratan a los hijos que tienen en común.
Maltratos más comunes
Con el objetivo de que las madres sientan dolor o cedan ante sus requerimientos, se somete a los hijos a situaciones que sobrepasan su capacidad emocional como niños.
Los tipos de maltrato más frecuentes son:
- Agresiones físicas.
- Abuso sexual.
- Abuso económico.
- Manipulaciones.
- En los casos más severos, parricidios.
Generalmente, este tipo de violencia muchas veces ocurre cuando ellas deciden separarse, tienen nueva pareja o denuncian violencia intrafamiliar.
Las consecuencias de la violencia vicaria
Respecto a las consecuencias físicas y psicológicas que sufren las madres que son víctimas de estos abusos, la psicóloga clínica Paula Hormazábal revela que «las manifestaciones más frecuentes son caer en estados de angustia y miedos profundos».
Tales estados vienen aparejados de otros síntomas físicos, los que la profesional identifica como:
- Estados de alerta constante.
- Falta de apetito.
- Trastorno del sueño.
- Abuso de alcohol.
- Tabaquismo u otras sustancias, incluidos medicamentos.
Para los hijos, la situación no es más alentadora. Estar sometidos a este tipo de maltratos les puede causar graves problemas a nivel emocional, siendo los más frecuentes:
- Miedo.
- Rechazo a sus padres.
- Angustia.
- Ideas suicidas (en los casos más graves).
- Síntomas psicóticos, generados por la necesidad de escapar de una situación altamente aversiva.
«Los niños que se ven expuestos a estas experiencias tempranamente, sufren distorsiones a nivel del desarrollo cognitivo que pueden ser irreparables», indica la especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género.
Señales de alerta
Paula Hormazábal señala que los indicios de la violencia vicaria más recurrentes son que los hijos no quieran visitar al padre; que comiencen a temerle; mostrar conductas violentas, tanto en el hogar materno como en el colegio, aislándose de sus pares y dejando de tener motivación por actividades propias de su edad.
Es importante mencionar que las víctimas de violencia vicaria están en constante riesgo, ya que su seguridad física y emocional se encuentra completamente amenazada.
Es por ello la relevancia de sensibilizar al respecto mediante la psicoeducación: dejar en evidencia a los agresores y, lo más importante, ayudar de forma integral a miles de madres y sus hijos que sufren a diario este abuso invisibilizado por el sistema judicial.