Mujeres y empleo: La desocupación en jóvenes se redujo pero creció la informalidad

 

Según un informe del CEPA se observa una marcada impronta de la «masculinazación de la riqueza» y la consultora Randstad analiza que la pandemia generó un impacto muy negativo en la actividad laboral femenina.

La recuperación económica en 2021 permitió la reducción de la tasa de desocupación en las mujeres jóvenes, alcanzando el dato más bajo de los últimos cinco años, pero se profundizaron los niveles de informalidad, de acuerdo con un informe del Centro de Economía Política (CEPA) en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Al tercer trimestre de 2021, para las mujeres de 14 a 29 años, la tasa de desempleo alcanzó el 18% y para los varones 16,6%; dada esta situación, se registró una disminución en el diferencial entre las tasas de desocupación de varones y mujeres, que pasó de una brecha de 3,4 puntos y 4,7 puntos en el tercer trimestre de 2020 y 2019 respectivamente, a una diferencia de 1,4 puntos en el tercer trimestre de 2021.

“En materia de informalidad, la salida de la doble crisis generada por las condiciones macroeconómicas que dejó el gobierno anterior y la pandemia del Covid-19, implicó recuperación del empleo registrado y también del trabajo informal de forma heterogénea según género”, indicó el estudio.

En el caso de los varones, la tasa de informalidad se recortó con respecto a niveles pre pandemia (30,6% en el tercer trimestre de 2021 contra 34,2% en el mismo periodo de 2019); mientras que en las mujeres, este indicador volvió al mismo punto que en 2019, al registrarse un 36% de informalidad.

En las mujeres, no solamente se sostuvo el nivel de informalidad, sino que se profundizó el diferencial entre la informalidad de varones y mujeres, ascendiendo de 1,8 puntos a 5,4 puntos.

Masculinización de la riqueza

Por otra parte, CEPA observó que el impuesto patrimonial a los Bienes Personales y el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas muestran la masculinización de la riqueza dado que según los últimos datos de 2019 del 100% de las personas alcanzadas por Bienes Personales, el 32,5% corresponde a las mujeres y el 67,5% a los varones.

“Se evidencia una clara distribución asimétrica en la titularidad de los patrimonios según género. Si bien desde el 2009 dicha participación viene incrementándose (era del 26%), aún está lejos de resultar equiparable a la participación de los varones”, señaló.

Asimismo, la AFIP publicó a mayo 2021 una desagregación de la recaudación percibida por el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas en clave de género: el aporte alcanzó a 10.000 contribuyentes, de ese total, un 74% fueron varones que aportaron además un 76% del monto final recaudado, alrededor de $177 mil millones.

Deuda pendiente en materia de equidad de género

Por su parte, la consultora de recursos humanos Randstad señaló que “la brecha salarial de género, el techo de cristal y otros indicadores que muestran la deuda pendiente en materia de equidad de género en el ámbito laboral están interpelando a las organizaciones para concretar cambios concretos en el corto plazo”.

En ese sentido, elaboró una “Guía práctica para implementar procesos de reclutamiento neutros al género en las organizaciones” en la que recomienda que son necesarias pautas para lograr la redacción de un aviso no sexista y que, al momento de la entrevista, el foco esté puesto siempre en las competencias del candidato/a y no en el género u otros atributos de la persona.

Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, sostuvo que “las medidas de aislamiento, junto a la suspensión de clases y otros factores vinculados a la crisis sanitaria pusieron en evidencia las tremendas desigualdades en relación a los roles de cuidado de los hijos y el hogar, generando un impacto muy negativo en la actividad laboral femenina. Muchas mujeres han debido retirarse del mercado laboral, acentuando aún más las brechas de actividad económica entre hombres y mujeres, y generando un retroceso de varios años en relación al objetivo de equidad”.