Un recluso recibió 11 años de prisión por intentar matar a su expareja en una visita conyugal

 

Un expolicía que estaba detenido en el marco de una causa por narcotráfico en una cárcel federal en Salta fue condenado a 11 años de prisión por el intento de femicidio de su expareja, a quien quiso asesinar durante una visita conyugal en enero de 2020.

Fuentes del Ministerio Público Federal informaron hoy que, luego de más de un mes de audiencias, el Tribunal Oral Federal 1 de Salta condenó a Ramón Oscar Luna por el delito de «tentativa de femicidio doblemente agravado por el vínculo y violencia de género».

El tribunal, integrado por Marcelo Juárez Almaraz, Liliana Snopek y Federico Díaz, también lo halló culpable las «lesiones leves» en perjuicio de dos guardias.

El juicio a Luna, un expolicía que estaba detenido por un delito de narcotráfico en el Complejo Penitenciario Federal NOA III, de la localidad salteña de General Güemes, se realizó por un hecho ocurrido el 17 de enero de 2020, cuando el acusado intentó matar a su pareja en el transcurso de una visita conyugal.

Durante las distintas audiencias del debate participaron la abogada querellante Tania Kiriaco y el defensor de Luna, Felix Arancibia, además del fiscal federal Ricardo Toranzos, del área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta.

El tribunal escuchó numerosos testigos, tanto personal del Servicio Penitenciario Federal como familiares, psicólogos y psiquiatras, a la víctima y al acusado, quienes dieron sus versiones de lo sucedido en la habitación 1 del sector destinado para las visitas íntimas.

Al momento de alegar, el fiscal sostuvo que en el desarrollo del proceso quedó probada la conducta de Luna, pero no sólo en el momento en que atacó a la víctima sino también en cada paso previo del plan orquestado por el expolicía.

“Luna premeditó todo, dispuso una suma de dinero para ser retirado por su mujer, siendo éste uno de los motivos más fuertes utilizados para asegurarse la presencia de la víctima, a quien incluso le pidió de manera expresa que no fuera con la hija, por lo que vemos que había pensado en todos los detalles”, dijo Toranzos.

En medio de una escena de reclamos por celos, en la que finalmente la mujer dio a conocer su decisión de cortar la relación, algo que Luna ya esperaba, el recluso le pidió un “último beso”, acto que aprovechó para tomar un cuchillo y realizarle un corte profundo en el cuello y goleparla.

La intervención de un guardia que escuchó los pedidos de auxilio de la víctima evitó el femicidio, aunque el recluso ofreció una tenaz resistencia al punto que llegó a lesionarlo, a él y a un funcionario del Servicio Penitenciario, con cabezazos y mordidas, sin perder de vista a su víctima, a quien quería atacar nuevamente para cumplir con su plan, detalló Toranzos.

Luego, el fiscal, que pidió 11 años de prisión, se refirió a las cartas escritas previamente por el propio Luna dirigidas a dos hijas, su suegra y un juez federal, las cuales había preparado con la seguridad de que iba a lograr su cometido y finalmente se iba a suicidar.

En tanto, la querella apuntó al máximo de la escala penal, que son 15 años de prisión, mientras que la defensa planteó la aplicación de circunstancias extraordinarias de atenuación como preludio para requerir la excepción de superar el mínimo de la pena, y solicitó que se aplique una pena de 5 años.