La necedad de poner en riesgo al otro
La sociedad argentina ha encontrado la receta para curarse o al menos esquivar la Pandemia de COVID-19. “La vacuna más efectiva contra el COVID-19 es quedarse en casa”, se escucha desde el propio presidente de la Nación, Alberto Fernández. Sin embargo, pareciera que un ataque de inconsciencia disfrazada de valor interpela a nuestra comunidad, que no entiende que hoy más que nunca el “otro” es lo más importante.
Ya hay ejemplos claros de que sobrellevar la cuarentena, al sexto día de aislamiento social obligatorio, no está siendo fácil para los vecinos; pero también los resultados están claramente demostrando, en relación al resto del mundo, que por más difícil que parezca también es altamente necesario.
Dos horas de demoras en los accesos, más de 21 mil causas judiciales federales y 10 detenidos por hora en el país, no hablan de valor: hablan de la cobardía que provoca no entender que hay que resguardase y resguardar a los demás es la clave para que esto pase rápido.
Hay miles de ejemplos y de esfuerzos de aquellos que no pueden quedarse en casa y se exponen a la pandemia porque su trabajo lo amerita de ruegos para la sociedad argentina. También hay miles de ejemplos de servicios a la comunidad que hacen que el aislamiento sea más llevadero: clases de gimnasia, nuevas películas, nuevas temporadas de series, que invitan a que por una vez, la sociedad entienda que “no basta con un aplauso a las 21.00 a los médicos que ponen todo su conocimiento al servicio de derrotar el virus, si no les regalamos el respeto de entender que todos somos parte de una misma situación y que nos quedamos en casa para poner nuestra parte”.
Hoy la palabra “responsabilidad” se emparenta más que nunca con la palabra “frenar”, que muestra que no hay nada más imperiosamente importante que salud, y que la vida. Un pacto social, requiere asumir la responsabilidad de confiar en el otro, de confiar en que los que están afuera, si nosotros somos responsables y nos quedamos adentro, van a saber cómo hacer redescubrirnos como una comunidad más sana y sobre todo mucho más adulta.