24 de marzo: Memoria, Verdad y Justicia
Cada 24 de marzo las calles se colman de gente que en su multitud y a su manera, piensan lo mismo: que hay que recordar, que los empuja hacia adelante la memoria de pensar que Nunca Más van a volver a ocurrir en la Argentinas las aberraciones hemos vivido. Hacia un solo grito, queda clara una cosa: que no hay olvido ni perdón para quienes llevaron a cabo el genocidio y los crímenes de lesa humanidad en nuestro país.
Sin embargo, hoy la cosa es bien distinta, por primera vez, fuerzas políticas, fuerzas de seguridad, trabajadores Estatales, la sociedad en su conjunto, se une solidariamente frente a un solo enemigo en común: el Coronavirus que invita a quedarse en la casa a miles de vecinos que enfrentan el encierro, el aislamiento social (como le llaman), y en suma, la cordura de proteger al otro, y protegernos también a nosotros.
Dos realidades contrapuestas, puede ser, pero que se alzan sobre el cuidado y la preservación de la vida, sobre formas de vivir. “Nos quedamos en casa pero no olvidamos”, dicen algunos carteles que amanecieron en la ciudad de Buenos Aires, “nos quedamos en casa, pero seguimos recordando las cosas que no queremos Nunca Más”, y de apoco los balcones, las ventanas y los portones se visten de pañuelos blancos, de banderas, para recordar, para hacer memoria y para pedir justicia y prisión efectiva y común para los responsables.
Dos situaciones bien distintas, el ayer y el ahora, pero que encierran de algún modo, la necesidad de reconocer a un Estado presente, la posibilidad de reconocernos como sociedad unida, y entender que sin Estado o con un Estado pequeño, no es posible velar por los derechos de la sociedad.
Luego de estos últimos años, donde el neoliberalismo pensó en un Estado chico, donde la palabra déficit fiscal se apoderó varias veces de los sentires de la sociedad, es que hoy nos toca llamar a la conciencia y decir: solo un Estado garante de derechos, puede protegernos de cualquier genocidio. Solo un Estado garante de derechos, puede instarnos a no olvidar y velar por que la verdad finalmente tenga justicia.