A 180 años del natalicio de San José Gabriel Brochero, el Cura Gaucho

 

Fue venerado por sus obras en los poblados de Traslasierra cordobesa y considerado milagroso por el Vaticano.

Se cumplen, este lunes, 180 años del natalicio de José Gabriel del Rosario Brochero, el «Cura Gaucho» ponderado y venerado por sus obras en los poblados de Traslasierra cordobesa, considerado milagroso por el Vaticano y convertido en santo por el papa Francisco hace un poco más de tres años.

Es difícil dimensionar las obras del San Brochero, que comenzó con su formación religiosa a los 16 años, y a los 29 años instaló su misión pastoral en la región de Traslasierra, que hoy abarca a los departamentos de San Javier y San Alberto, hacia el noroeste parte de Minas, Cruz del Eje y Pocho.

La historia del cura

Montado en su mula Malacara, el santo Cura Brochero -nacido el 16 de marzo de 1840 en el pequeño paraje de Carreta Quemada de Santa Rosa de Río Primero- inició su misión de recorrer los más de 4.000 kilómetros de huellas, que marcaron los comechingones y sanavirones, para contactarse con los habitantes de los poblados rurales, la mayoría en condiciones vulnerables y de aislamiento por la inexistencia de infraestructura de conectividad.

La asistencia sanitaria, la alfabetización religiosa y educativa era la principal misión que lo llevó a recorrer las altas serranías de campesinos y, una vez relevada la situación de los pueblos, decidió iniciar gestiones oficiales para la construcción de caminos, acueductos y escuelas, entre otras obras.

En esa misión se encontró con la epidemia del cólera, en 1867, y tuvo una ardua tarea para asistir a los enfermos, que para entonces ya contaba con la ayuda de las también cordobesas Catalina de María Rodríguez (Madre Catalina) beatificada el 25 de noviembre de 2017 y, María del Tránsito Cabanillas, beatificada el 14 de abril de 2002 y con trámite para su canonización.

«Brochero fue un transgresor para la época por trabajar por la mujer y para la mujer», destacó a Télam la monja misionera Silvia Somaré, de la congregación Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, que fundó la Madre Catalina en 1872 para las mujeres, ya que en esa época únicamente existía la orden religiosa de los jesuitas solo para varones.

Somaré resaltó la Casa de Ejercicios Espirituales y la Casa de Niñas, en Villa del Tránsito (hoy Villa Cura Brochero) como «las grandes obras» de Brochero, que confió a Catalina de María para su conducción.

«Catalina siempre ponderó a Brochero como un hombre humilde, trabajador, generoso, que se arremanga a la par de sus paisanos y que sin la ayuda de fondos públicos ha construido obras monumentales», resaltó la religiosa.

El actual obispo castrense de la Argentina, monseñor Santiago Olivera, ex presidente del Consejo Episcopal para las Causas de los Santos y uno de los impulsores de la beatificación (14/09/2013) y la canonización (16/10/2016), dijo a Télam que «Brochero dedicó su vida a los pobres y al progreso de los pueblos de Traslasierra», y que «todo lo que hizo, todo lo que nos dejó, lo hizo desde la fe, el compromiso, con su mirada puesta en el cielo y con los pies bien puestos en la tierra».

«Fue un pionero, un profeta, un hombre de diálogo con todos, y que sin ninguna duda es un modelo para estos tiempos en donde se necesita construir un país con amistad social, con progreso, con el eje puesto en la familia y en la integración social», resaltó el ex obispo de Cruz del Eje.

Olivera también resaltó que «Brochero es el primer santo auténticamente argentino que nació, vivió, trabajó y murió en Argentina. Es un santo bien criollo», sostuvo, y en ese sentido dijo que si bien San Benito de Jesús (Héctor Valdivielso Sáez), beatificado en 1990 y canonizado en 1999, nació en Buenos Aires, se formó y desempeñó toda su tarea religiosa en España, donde murió fusilado el 9 de octubre de 1934.

Por su intensa labor en toda la región de Traslasierra, los restos del Cura Gaucho descansan en la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito, histórica construcción cuya piedra fundamental fue colocada por él mismo, quien impulsaría el levantamiento de las paredes de la nave central al momento de asumir nuevamente el curato en 1902.