El origen del Día de San Valentín
El antiguo imperio romano no solo sentó las bases y fundamento de la ciencia del derecho tal y como lo conocemos en la actualidad, sino que también definió las costumbres y tradiciones del mundo occidental, muchas de las cuales permanecen vigentes hoy en día, como por ejemplo el Día de San Valentín.
La historia del Día de San Valentín tiene sus raíces en la Roma clásica, en la fiesta pagana Februa de los latinos, la cual consistía en un ritual de purificación del que el mes de febrero obtiene su nombre.
El 15 de febrero de cada año, los romanos homenajeaban a Fauno Lupercio, el equivalente latino del dios griego Pan, protector de los rebaños, que también representaba la sensualidad masculina expresada en los mitos de faunos y machos cabríos.
En este festejo, llamado Lupercalia, los jóvenes romanos corrían por las calles cubiertos apenas con una piel de cabra, flagelando a las muchachas que encontraban a su paso con correas de cuero, pues se pensaba que este castigo favorecía la fecundidad de sus víctimas.
Durante los primeros siglos del cristianismo como religión oficial del imperio romano, en el siglo III después de Cristo, los fieles de la nueva fe continuaban celebrando muchas fechas paganas, tales como la fiesta del Sol Invicto y el homenaje anual a Fauno Lupercio.
Para acabar con los festejos paganos, la Iglesia instituyó nuevas fiestas cristianas en fechas muy próximas a las conmemoraciones paganas. Así, en lugar de la fiesta del Sol Invicto, que ocurría alrededor del 21 de diciembre, se instauró la Navidad y, para terminar con la festividad de Fauno Lupercio, el papa Gelasio I creó, el 14 de febrero, el día de san Valentín, un personaje legendario, supuestamente ejecutado en 270 por orden del emperador Claudio II.
Según la leyenda, San Valentín había sido llevado al martirio por su práctica de celebrar el casamiento cristiano de numerosos soldados romanos con sus parejas, lo que estaba prohibido por el emperador, principalmente para los legionarios, por los cuales el santo quedaba cada vez más vinculado al amor romántico y al noviazgo.
Hacia fines de la Edad Media, el mito cruzó el Atlántico, llevado por colonos ingleses e irlandeses hacia Estados Unidos, donde surgió el hábito de intercambiar en esa fecha tarjetas postales con alusiones románticas.
La fiesta en sí es conocida como un evento cultural significativo, desde lo religioso, por la gracia del Día de San Valentín; y desde lo laico, por relacionarse con los sentimientos del amor y la amistad.