El shock de consumo que el futuro presidente Alberto Fernández pretende instalar desde el minuto uno de su gobierno podría incluir un aumento generalizado de salarios a través de una suma fija no remunerativa, que ya se habría empezado a negociar con las principales cámaras empresariales y la CGT.

Esa suma fija, que algunas fuentes cercanas a economistas del candidato ubican entre los $ 7.000 y los $ 8.000 -a cuenta de futuros aumentos-, le daría a la economía el calor necesario para recuperar la actividad durante el verano, confían en el Frente de Todos.