Buscan reconocimiento del día internacional del Empleo Doméstico

Movimientos feministas y mujeres de todo el mundo buscan reconocer el trabajo doméstico, con remuneración y entendido como un trabajo que las mujeres hacen por fuera de su jornada laboral.

El 22 de Julio es el Día Internacional del Trabajo Doméstico, día para reconocer el trabajo que millones de mujeres realizan en sus hogares sin ningún tipo de reconocimiento.

Hay rutinas diarias que generan mayoritariamente las mujeres para mantener el funcionamiento de cada hogar y lo que se busca cada 22 de julio es el reconcomiendo de estas tareas que son necesarias, nada más y nada menos, para que los integrantes del hogar puedan realizar sus tareas fuera de casa.

«Se pudieron jubilar mujeres que toman el té de la tarde pero que se jubilaron con el sistema ama de casa” dijo Pichetto en noviembre del año pasado cuando se discutía el presupuesto de 2019. Otra expresión de la misma falta de reconocimiento a las tareas que son necesarias para el sostenimiento de un hogar y reproduciendo la idea de mujeres que están tiradas en el sillón leyendo revistas. Nada más lejos de la realidad de nuestro país.

En  los datos está la clave

Según la encuesta sobre el Uso del Tiempo del Indec de 2013 (la última realizada), 9 de cada 10 mujeres participan en las tareas domésticas mientras que sólo 6 de cada 10 varones hace lo mismo. Remarcó que 4 de cada 10 varones directamente no lava un plato.

De las personas que sí participan de estas tareas, las mujeres dedican más de 6 horas diarias a lavar, hacer las compras, cuidar a los infantes y adultos mayores. Los varones por su parte dedican la mitad de tiempo, el famoso y reconocido «te ayuda en casa». En total, las mujeres realizan el 75% del trabajo dentro del hogar.

Si bien la incorporación masiva de las mujeres a los mercados laborales fue en el siglo pasado, esto no las liberó de los quehaceres domésticos y por ende concluyó en una doble jornada laboral.

Hay un ejemplo que se suele usar cuando se estudian las cuentas nacionales que grafica bien la injusticia en no reconocer este trabajo: si Juan tiene una empleada doméstica y se casa con ella entonces se pierde un puesto de trabajo en la economía. ¿Por qué? Porque antes le pagaba un sueldo por ese trabajo y ahora ya no. Pareciera entonces que ahora es parte del trabajo como esposa.

Tan solo una de cada cuatro trabajadoras domésticas está registrada, pero la precarización va más allá de su condición en materia de seguridad social. Ganan poco más de $100 por hora y ese valor lo percibe solo el pequeño grupo de empleadas regularizadas mientras que el sueldo baja bruscamente en el mercado informal (sin aportes ni obra social).

Si bien en 2013 se promulgó el Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, para reemplazar un decreto de 1956 que establecía derechos mínimos para estas trabajadoras, siguen permaneciendo por fuera de la Ley de Contrato de Trabajo como si su empleo no tuviera el mismo estatus que el resto del universo laboral. Este sector absorbe casi 1 de cada 5 trabajadoras en nuestro país.