Los 100 años de la OIT y la situación actual
La Organización Internacional del Trabajo cumplió 100 años, y los festejó con todos los países que la componen, entre ellos y desde su nacimiento, la argentina. Hace pocos días atrás se llevó a cabo una trasmisión internacional que en el caso de Argentina alrededor de las 16 horas utilizó las instalaciones de la Usina del Arte, en la ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que mostró al mundo el entusiasmo de miles de instituciones por generar condiciones dignas para una salida de la crisis.
A pesar de esas ansias, lo cierto es que la OIT con motivo de su centésimo aniversario lanza un documento que por su realidad pone en relieve la brecha actual entre el ideal y la realidad de nuestro tiempo, además de revalorizar los principios fundacionales de la Organización a lo largo de los años.
Lo cierto, es que el documento de la OIT plantea la creación de 344 millones de nuevos empleos en el mundo antes de 2030 además de los 190 millones que son necesarios para cubrir el desempleo actual, mientras en nuestra Argentina todos los días cierra una PyME o se sigue reduciendo el Estado. En una mirada crítica, la Organización reconoce que no se ha podido reducir el número de personas desempleadas y lo más complejo aún, es que de esas 190 millones de personas, 64.8 millones son jóvenes que no pueden acceder al mercado laboral.
Además, y lo que hace más grave aún el informe es que 300 millones de trabajadores viven en situación de pobreza extrema y que 2 mil millones basan su sustento en la economía informal.
Algunos datos que preocupan
Los salarios tampoco están pasando por una buena etapa. Más allá de la situación argentina en la cual los salarios perdieron a manos de la inflación en los últimos 3 años por lo menos, a nivel mundial el crecimiento salarial pasó de un 2.4 por ciento en 2016 a un 1.8 por ciento en 2017. Además, la brecha salarial entre mujeres y varones ya asciende al 20 por ciento.
La brecha de los ingresos también volvió a crecer. Tal es así que el 1 por ciento más rico de la población volvió a crecer globalmente en sus ingresos un 27 por ciento, entre 1980 y 2016, mientras que el 50 por ciento más pobre lo hizo solo un 12 por ciento.
El mundo digital que acerca a la globalización y nivela a los países tampoco es parejo. Para 2017 solo el 53,6 por ciento de los hogares tenía acceso a internet y en los países emergentes el porcentaje apenas asciende al 15 por ciento.
Recomendaciones para el tiempo que viene
Ante un desafío tan grande y una realidad tan compleja la OIT lanza una serie de recomendaciones que no solo ponen de relieve las diferencias entre el camino que adoptaron la Argentina y los países latinoamericanos con la oleada de gobiernos neoliberales, sino también destacan un rumbo claro para acortar la cada vez más profunda distancia entre ricos y pobres.
En primer término propone “aumentar la inversión en las capacidades de las personas, con un aprendizaje que incluya todos los momentos de la vida de las personas y una transición hacia la era digital, acompañada que incluya además un programa que garantice la equidad de género en los países y la protección social universal desde el nacimiento hasta la vejez por parte de la Estado”. Además, destaca la necesidad de “aumentar la inversión en las instituciones del trabajo, estableciendo una garantía laboral universal, ampliando la soberanía sobre el tiempo dando al trabajador mayor autonomía sobre su tiempo de trabajo, revitalizando la representación colectiva y garantizando la libertad sindical y encauzando la tecnología en favor del trabajo decente”.
Por último, propone “aumentar la inversión en trabajo decente y sostenible, transformando las economías, con un modelo empresarial y económico centrado en las personas”