Dos modelos, un camino
Cómo saldar la brecha. Entre la señora que todos los días junta moneditas en la esquina de Alberti y Moreno (una de las tantas esquinas del centro porteño que se reproducen en toda la Capital Federal y en todo el Conurbano Bonaerense) y la que pasa con un automóvil cero kilómetro a escasos metros pero que no se atreve a mirar. Cómo explicarles que el abismo que existe entre esos dos mundos, no es real: que se trata de dos personas de carne y hueso, ambas con sentimientos similares pero sensaciones distintas por culta de un sistema que las puso en lugares claramente opuestos.
Para eso está el Estado. No se trata solamente de diferencias económicas que son visibles. Se trata de esas diferencias que se soslayan por debajo de lo aparente, que tienen que ver con los accesos culturales, el acceso a la salud, a la educación, a una vivienda digna, el acceso a las garantías que nuestra Ley máxima, la Constitución Nacional prevén en el artículo 14 y 14 bis y que quedaron olvidadas en el tiempo, pero que en su esencia y espíritu buscan desesperadamente equiparar lo que el sistema deja afuera.
Cuando decimos “para eso está el Estado”, es porque es el Estado es el que tiene la capacidad de garantizar que el acceso a condiciones de vida de dignas, mediante sus representantes, que son, ni más ni menos a quienes votamos en cada una de las elecciones en nuestro país y que debieran representar a la mayoría. Pero qué pasa cuando la brecha en vez de tender a disminuirse, a replegarse, se extiende y se acrecienta: es entonces cuando el Estado en su función garantista, falla.
Y ese es el rumbo político y económico que eligió el Gobierno Nacional y porque no decirlo el de la provincia Buenos Aires, que desde la misma política, solo garantiza el aparato represivo del poder, pero no el acceso a las garantías constitucionales de los que menos tienen. Este año, cambiar de política depende del pueblo: mediante el acto más democrático que conoce nuestra historia. Depende de nosotros elegir el rumbo político – económico, entre dos modelos que claramente son opuestos. Empezó el partido.