Marta Hauth retrata Rafael Calzada en cada uno de sus cuadros

Pasó toda su vida en Almirante Brown y hoy vive y pinta en Rafael Calzada y desde hace más de 40 años se dedica a retratar las calles del barrio y los personajes vecinos.

Por muchos años ejerció la docencia. Fiel a su sentir y ver las cosas, abordó el estilo figurativo. Es múltiple en la variedad de su temática, siendo su especialidad los retratos que pinta con minuciosidad y gran fidelidad, llenos de vida. Es, a la vez, una investigadora de la vida y costumbres de los personajes que lleva a su lienzo. Ha realizado numerosas exposiciones y sus obras integran colecciones privadas en Alemania, Italia, España y Canadá.

En las pinturas de Marta Hauth, se aprecia la gran dedicación y esfuerzo que pone en cada una de sus obras. Da muestra de su fina sensibilidad y comprensión del sentido humano de la vida. Sus cuadros son realistas, en el caso de los paisajes, de una gran observación visual, una composición en la que elimina o agrega elementos dándole un estilo personal. En su vasta producción, se destaca su fuerte sentimiento de pertenencia a la comunidad local, reflejado en una serie de hermosos trabajos que muestran la identidad de su pueblo, reproduciendo las casas y espacios más representativos de Rafael Calzada, muchos de ellos a la vista desde la propia ventana de su casa.

El arte se remonta a siglos se remonta a siglos de existencia humana. Su objetivo es expresar emociones, sentimientos y copiar y expresar cifras de la naturaleza.

Para la autora de las principales obras que retratan Calzada, Marta Hauth “el arte en general es trasmitir lo que cada uno siente, llevarlas al papel hacia el lienzo. La pintura es parte de mi vida, no es que tiene que ser que siempre pintó, en un momento era lo primordial, como la escuela, en un primer momento se ve que mi vida fue enfocada en eso, ya desde chiquita”.

En una entrevista realizada por el Instituto de las Culturas del distrito, la artista comenta que “pinte desde chica, se ve que mi mama vio en mí una cierta habilidad porque algunos dicen que es un don pero ese don hay que pulirlo y trabajarlo mucho. Me mandó a los profesores del barrio en la época de mi infancia que se usaba ir a guitarra, a baile, e hice todas esas cosas. Cuando terminé el secundario decidí hacer bellas artes y ahí lo tomé más como un trabajo”. “Esos cinco años me sirvieron para que después diera clases durante 31 años en el colegio.

El estilo es realista casi llegando al hiperrealismo, donde los fondos no son hiperrealistas. Trató de manchar, ubicar los colores que tienen la pintura, el retrato, la fruta ponerlas en la parte de atrás”, sostiene.

Desde su experiencia recuerda que “al comienzo pintaba todo en óleo y yo no pinto en un taller, pinto en la mesa de mi cocina y con los años se fue modernizando también así que la mayoría de la gente ya pinta con acrílico.  Toda mi última tanda es acrílica, es un poquitito más brillante que óleo, yo no barnizo mis cuadros. Los limpio con agua”.

La pintora vive en Rafael calzada hace ya 40 años  “anteriormente viví en Adrogué pero después me casé y me vine acá. Para mi es un gusto estar en esta ciudad que es chica pero que nos conocemos todos. Yo por el lado del arte trate de pintar lo más que pude lo antiguo que nos ha quedado, como casa que ya no están la capilla, la iglesia, vista desde mi lavadero. La ciudad del centro de Calzada, tratando de que no esté sucia, eliminando algunas cosas que con el pincel se pueden eliminar. Algunos personajes también”.

Desde su ventana configura un Rafael Calzada que muestre la belleza del distrito, la amabilidad de sus vecinos y todo lo que hizo que la ciudad fuera parte de su vida durante tantos años, cuidando los detalles del arte y traspolándolos al resto del mundo para que su rincón sea el rincón de los sueños de algunos más.