El fantasma de la infraestructura
La provincia de Buenos Aires, un lugar tan poblado, grande y con tantas necesidades, esta semana volvió a mostrar su cara más amarga. El abandono de las instituciones públicas ya había mostrado su peor cara cuando varias escuelas públicas tuvieron problemas edilicios ese año. Quizás uno de los problemas más graves a los que se enfrentó la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal este año, fue la muerte de Sandra y Rubén, por la explosión de una escuela pública en el distrito de Moreno.
Nuevamente una institución pública vuelve a incendiarse, y si bien las sospechas más fuertes se ciernen sobre una catástrofe natural, en base a la caída de un rayo, lo cierto es que deja descubiertas algunas cuestiones de los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires.
El Hospital Interzonal Dr Arturo Oñativia sufrió una de las que (en cualquier circunstancia), podrían catalogarse como de las peores tragedias que se pueden vivir: un incendio, que afectó a gran parte de las instalaciones y de los trabajadores que desesperadamente intentaron desalojarlo.
Más allá de las heroicas acciones de los trabajadores algunas realidades quedaron al desnudo tras ver las instalaciones y el funcionamiento: el incendio se produjo en el cuarto de máquinas de la planta baja que por el recalentamiento de las máquinas producto de la caída de un rayo cercano.
Paradójicamente, y entendiendo que esa es la hipótesis más fuerte a la fecha, el cuarto de máquinas está construido debajo de la terapia intensiva, lo que permite suponer que ante cualquier falla técnica, los pacientes más graves del hospital serían los primeros en verse afectados, como sucedió en este incidente.
Durante el año asistimos al colapso de las instituciones públicas bonaerenses: en escuelas, torres, hospitales varios incidentes permiten preguntarse en qué condiciones trabajan los empleados públicos, y en qué condiciones asisten para resolver sus diversas problemáticas los ciudadanos bonaerenses… o cuantos incendios, explosiones y derrumbes tendremos que lamentar para contar con un plan serio que revise la infraestructura de nuestras instituciones.