El Alzhéimer podría prevenirse con el consumo moderado de cerveza
Según un estudio de toxicología de la Universidad de Alcalá de Henares en España, el consumo moderado de cerveza puede prevenir el desarrollo del mal de alzhéimer.
Es por el alto contenido en silicio, una sustancia capaz de paliar los efectos neurodegenerativos inducidos por la intoxicación crónica de aluminio en el cerebro. El estudio buscaba determinar el efecto sobre la toxicidad del aluminio de la cerveza en el cerebro.
La catedrática María José González sostuvo que ese metal es un factor de riesgo ambiental de la enfermedad de alzhéimer. Su equipo de investigación demostró que el consumo en dosis moderadamente elevadas revertía la neurotoxicidad del aluminio.
Los ensayos se realizaron en animales, pero sus resultados permiten afirmar que el consumo moderado puede llegar a prevenir el desarrollo de esa enfermedad neurodegenerativa también en seres humanos.
Y no es solo el consumo de la cerveza tradicional con alcohol. También en la que no lo tiene.
«La cerveza sin alcohol también es capaz de contrarrestar el aluminio, pero en menor medida. Porque la cerveza con alcohol tiene más silicio y, además, el alcohol también favorece la acción del mismo», sostuvo.
En cuanto a la que se fermenta con alcohol, el consumo debe ser estrictamente moderado: un vaso al día en el caso de las mujeres y el doble en el de los hombres.
Mucho más
González también afirmó que esta bebida «es muy completa» y que «tiene muchas sustancias que son antioxidantes, como los polifenoles, pero además tiene vitaminas, minerales y lúpulo».
El consumo moderado de bebidas fermentadas con un alto contenido de polifenoles, que en el caso de la cerveza proviene de las maltas, en un 80 %, y del lúpulo, en un 30 %, está asociado con «un menor riesgo cardiovascular», comentó.
La investigación se centró en estudiar si esos efectos positivos de la cerveza se producen en parte por la acción de la microbiota intestinal.
«Los polifeonoles no son más que compuestos que están en la dieta y que no son digeribles, pero que cuando llegan a estar en contacto con nuestra microbiota intestinal son capaces de crear metabolitos que producen beneficios para la salud», indicó.
La microbiota intestinal funciona como un órgano capaz de comunicarse con el resto del organismo mediante estos metabolitos, que llegan en parte por los polifenoles incluidos en la dieta, de ahí que tenga beneficios saludables para el resto del organismo.