Trump compromete las relaciones con China por su visión sobre Taiwan
China advirtió con firmeza a Donald Trump que el vínculo bilateral con Estados Unidos puede sufrir serios daños si desconoce el principio de una sola China, en relación con la situación de Taiwan, a la que Pekin considera «una provincia rebelde» desde 1949. El señalamiento de la cancillería china sobreviene a unas declaraciones del presidente electo durante una entrevista televisiva en la que afirmó que «no permitirá que China le diga lo que tenga que hacer respecto de Taiwan. El principio de «una sola China» rige desde hace 4 décadas las realciones bilaterales entre Wasihington y Pekin.
Las tensiones entre Beijing y Washington aumentaron este lunes después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cuestionara el principio de “una sola China”, sin el cual, advirtió el gobierno chino, se acabará la estabilidad de las relaciones bilaterales.
Si el principio por el que Beijing insiste en que se le reconozca como único gobierno de China y considera a Taiwán una provincia rebelde “se ve comprometido o interrumpido, el crecimiento estable de las relaciones entre China y Estados Unidos no es posible”, dijo Geng Shuang, portavoz de la Cancillería china.
El gobierno chino, remarcó, “está seriamente preocupado” por las declaraciones de Trump, quien en una entrevista emitida este domingo por la cadena de televisión Fox News aseguró que no permitirá que el gigante asiático le “dicte” lo que debe hacer.
“No sé por qué tenemos que estar ligados a la política de ‘una sola China’ a no ser que lleguemos a un acuerdo con China que tenga que ver con otras cosas, incluido el comercio”, afirmó Trump.
La razón para China está clara: “Quiero enfatizar que la cuestión de Taiwán es realmente un interés central para China”, respondió el portavoz en una rueda de prensa en la que consideró que la política de “una sola China” representa los “cimientos” de las relaciones con Estados Unidos.
Y es que este axioma ha supuesto la base de las relaciones bilaterales entre China y Estados Unidos desde que ambos países suscribieron, tras negociaciones entre los gabinetes de Richard Nixon y Mao Tsé Tung, el comunicado de Shanghái en 1972, siete años antes de que restablecieran sus lazos diplomáticos.
Trump parece haber decidido ignorar estas más de cuatro décadas de statu quo en las últimas dos semanas, tras provocar el primer episodio de tensiones con China al aceptar una llamada telefónica de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, este mes, el primer contacto de alto nivel entre ambas partes en casi 40 años.
Justo cuando las aguas comenzaban a calmarse, los nuevos comentarios de Trump han hecho que China vuelva a dar un toque de atención al futuro inquilino de la Casa Blanca.
“Urgimos a la nueva administración estadounidense y a sus líderes a que admitan la sensibilidad de la cuestión de Taiwán y se adhieran a la política de ‘una sola China’”, dijo hoy Geng, informó la agencia de noticias EFE.
El portavoz también les exhortó a que “gestionen este asunto de manera adecuada y prudente para que no interrumpa o dañe los intereses generales de las relaciones bilaterales”.
Esto, dijo Geng, “no afecta sólo a los intereses fundamentales de las relaciones entre China y Estados Unidos, sino también a la paz, la estabilidad y la prosperidad de Asia-Pacífico y del mundo”.
De hecho, en un tono mucho más taxativo, un editorial del diario Global Times (propiedad del medio portavoz del Partido Comunista, el Diario del Pueblo) advirtió hoy de que si Trump llegara a abandonar la política de “una sola China”, Beijing no tendría motivos para “anteponer la paz al uso de la fuerza”.
“La política de ‘una sola China’ no es algo que pueda ser negociado. Parece que Trump sólo sabe hacer negocios. Piensa que puede poner un precio a todo”, dice el artículo, en el que se tilda al futuro inquilino de la Casa Blanca de “ignorante como un niño en asuntos de política exterior”.
China considera a Taiwán una provincia “rebelde” desde que las tropas nacionalistas derrotadas del general Chiang Kai-Shek se refugiaran allí en 1949, iniciándose una disputa de soberanía en la que Beijing no ha renunciado nunca a recurrir a la fuerza.
Mientras, en Taiwán, las declaraciones de Trump fueron recibidas con silencio oficial, aunque los comentaristas políticos creen que el presidente electo de Estados Unidos puede usar a la isla como moneda de cambio en sus relaciones con Beijing.
“Es posible que use a Taiwán como una carta para negociar con China, lo que no sólo puede afectar las relaciones entre Washington y Beijing, sino también al apoyo estadounidense a Taiwán”, dijo este lunes la revista taiwanesa Tianxia en su edición digital, citando a expertos.