Los niños en Argentina consumen poca agua
Recientes investigaciones advierten sobre los hábitos de hidratación en la infancia, una etapa decisiva en el desarrollo de toda persona.
El estudio epidemiológico HidratAr, desarrollado por el Centro de Estudios sobre Hidratación Infantil, indica que los argentinos consumimos en promedio 2,05 litros de agua por día, en línea con lo sugerido con las Guías Alimentarias Argentinas. Sin embargo, los niños y adolescentes son quienes menos preferencia tienen por el agua: los pequeños de edad preescolar y escolar consumen sólo el 22% de la cantidad recomendada (0,4 litros). Esta situación es aún más preocupante en los adolescentes, quienes consumen sólo el 13,2%.
El problema radica no sólo en el bajo consumo de agua, sino más bien en su reemplazo por otras bebidas, como jugos, gaseosas e infusiones, que no cumplen la función nutricional del agua. Estas conductas favorecen el desarrollo de sobrepeso y obesidad, el aumento de triglicéridos y otras grasas en sangre, y predispone a la aparición de diabetes y de caries dentales.
Un nutriente indispensable
La masa corporal de los niños tiene un mayor contenido en agua en relación con los adultos. En promedio, el agua representa el 80% en un lactante durante los 6 primeros meses de vida, lo que se reduce rápidamente entre los 6 meses y 2 años de edad, y más despacio durante la infancia, hasta alcanzar el 70% en los jóvenes adultos.
Es primordial facilitar a los niños el acceso al consumo de agua a lo largo del día y animarlos a elegir bebidas no calóricas. El agua no debe faltar al menos en las cuatro comidas principales (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y debe ser la primera opción a la vista en casa, la escuela y los lugares que más frecuentan.
¿Cómo hacerlo?
Ofreciéndoles un vaso de agua a la mañana, apenas se despiertan, y colocando botellas de agua en la mesa durante el almuerzo y cena.
Dejando un vaso con agua en su mesa de luz.
Colocando botellas de agua en sus mochilas.
Por último, una buena hidratación en los niños mejora la tolerancia al ejercicio físico, la atención y la memoria visual.