El Gobierno no descarta nuevas subas en lo que resta del año de las naftas
Aranguren adjudicó el 10 por ciento de aumento en los combustibles que rige desde el domingo a los efectos de la devaluación.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, adjudicó hoy el nuevo incremento en el precio de los combustibles líquidos a la devaluación de la moneda, al explicar que el petróleo crudo en la Argentina subió el 35 por ciento en lo que va del año, y afirmó que el proceso de aumento en los surtidores ha sido «gradual».
Además, no descartó que en lo que queda del año vuelva a incrementarse el costo de los combustibles en los surtidores, que lleva un acumulado del 31 por ciento, ya que, explicó, tiene que ver con «variaciones de precios que no depende de lo que ocurre en Argentina».
«El último incremento del precio del combustible del Gobierno anterior fue el día después del balotaje, del 4 por ciento, y el tipo de cambio estaba a 9,68 pesos. Hoy está en 14,50 promedio, lo cual significa un incremento del orden del 50 por ciento, que cuando se aplica la caída en dólares del 10 por ciento del precio internacional, significa un incremento del precio del petróleo crudo en pesos del 35 por ciento», señaló el funcionario.
En declaraciones a radio Continental, Aranguren aseguró que ese incremento, «en vez de aplicarse en forma de shock a principios de año, fue implementado en forma gradual: 6 por ciento en enero, 6 en marzo, 6 en abril, y ahora el 10 por ciento, lo cual acumula un incremento del 31 por ciento».
Este domingo, el precio de los combustibles líquidos aumentó el 10 por ciento, el cuarto incremento del año, con lo que acumula una suba del 31 por ciento.
Al ser consultado sobre si se esperaban nuevos aumentos antes de que culmine 2016, el ex CEO de la empresa Shell no lo descartó, ya que, aclaró, «tiene que ver con «variaciones de precios que no depende de lo que ocurre en Argentina».
«El precio de los combustibles depende mucho del precio del petróleo crudo. Si ese precio y el tipo de cambio se mantiene en los niveles en que estamos hoy, creo que sí (que el de ayer será el último aumento del año). Pero no puedo pronosticar qué es lo que va a ocurrir con algo que tiene variaciones de precios que no depende de lo que ocurre en Argentina», subrayó.
Aranguren también admitió que, con los nuevos precios, las naftas y el gasoil en la Argentina se ubican «entre los más altos» del mundo, aunque advirtió que se debe a la fuerte carga impositiva que tienen en el país.
«En el caso de las naftas, los impuestos alcanzan al 46 por ciento, y en el gasoil, 40 por ciento. Son impuestos que aumentan cuando aumenta el precio a la salida del precio en la refinería. Y esto es algo que queremos cambiar, queremos volver a un esquema anterior cuando uno podía utilizar la política impositiva para poder amortiguar las variaciones de precios», explicó.
En ese sentido, anticipó que el Gobierno está elaborando un proyecto de ley para enviar al Congreso «para reestablecer un esquema para que los impuestos puedan actuar de manera anticíclica».
Por último, descartó nuevos aumentos en el precio del GNC en lo que resta del año, y aunque dijo que con el incremento del 300 por ciento aplicado a principios de abril corrigieron la «distorsión importante» que existía en ese sector, sostuvo que «todavía sigue siendo económico en comparación con los combustibles líquidos».