Gobierno mexicano contraataca a Trump
El gobierno mexicano decidió pasar de la indiferencia frente al discurso vitriólico y racista del aspirante presidencial estadounidense Donald Trump, al contraataque directo, aunque no tan frontal como la oposición lo demanda.
La reacción de la autoridad de este país surge después de muchos meses de tolerar sin inmutarse la andanada de críticas de Trump, que calificó a los migrantes mexicanos de «violadores» que llevan el crimen y las drogas a Estados Unidos y prometió un muro fronterizo que pagará el gobierno mexicano.
En menos de una semana, dos de los más altos funcionarios del gobierno decidieron «ponerle un alto» al aspirante republicano, como lo reclamaba la platea.
El ministro de Hacienda (finanzas) de México, Luis Videgaray, señaló que su país «bajo ninguna circunstancia va a pagar el muro que propone» el empresario Trump, aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, para frenar la migración.
«No hay ningún escenario en el cual México pagaría por ese muro que está proponiendo» el hombre de negocios, dijo el funcionario, en entrevista con el canal por cable Milenio Televisión.
El ministro dijo que «construir un muro entre México y Estados Unidos es una pésima idea que se basa en la ignorancia, que no tiene sustento en la realidad de la integración de América del Norte».
Videgaray recordó que hace más de cinco años que la migración entre México y Estados Unidos es «negativa».
Las declaraciones siguieron a otras de similar tenor formuladas el pasado lunes por ela canciller Claudia Ruiz Massieu, para salir al cruce de los ataques y propuestas lanzados contra México por Trump.
En una entrevista al diario estadounidense The Washington Post, la jefa de la diplomacia mexicana calificó los comentarios sobre el muro de Trump de «racistas e ignorantes» y «absurda» su idea de que México pagaría por un muro fronterizo, al señalar que «no es una proposición que consideraríamos».
La posición de «dejar hacer y dejar pasar» que mantuvo el gobierno en torno al discurso incendiario de Trump, le acarreó numerosas críticas de la oposición, aunque algunos analistas como el ex canciller Jorge Castañeda apoyan esta postura por considerar que atacarlo directamente sólo aumenta su popularidad.
Castañeda recordó que el precandidato habla a un público muy específico y radical y que si se convierte en candidato o presidente su mensaje cambiará y tendrá que ser más moderado.
Ruiz Massieu dijo que «la historia también ha demostrado que cuando la retórica anti-inmigrante se convierte en la política, o las leyes, es una mala idea. Se pierde dinero, se pierde la gente, se pierde la confianza».
La canciller indicó que el gobierno mexicano respondería a Donald Trump instando a los mexico-americanos en Estados Unidos a «participar y ser oídos en el proceso electoral, que aún no ha terminado.» Asimismo, se mostró «optimista» de que la gente se hará valer por sí misma y votará «de acuerdo a sus valores y sus puntos de vista», subrayando que «es mejor construir puentes que paredes», como lo ha dicho la precandidata demócrata Hillary Clinton. Pero otros exponentes políticos e intelectuales en México si han dado respuesta enérgica a las declaraciones de Trump.
El historiador Enrique Krauze calificó de Trump de «perfecto fascista» y dijo que la posibilidad de que llegue a la Casa Blanca y «atraiga a millones de personas que histéricamente lo siguen», debe ser motivo de alarma.
Trump «se ajusta a buena parte de la tipología fascista» más que a la de un populista, por su «megalomanía, narcisismo y paranoia», afirmó.
Con menos rodeos, el ex presidente Vicente Fox (2000-2006) calificó a Trump como «falso profeta», lo comparó con Adolfo Hitler, y dijo que el precandidato presidencial republicano «cree en la supremacía de los blancos».
Fox dijo que el empresario «miente» una y otra vez al denigrar a los migrantes y señaló a una cadena estadounidense que «no pienso pagar por ese «jodido» muro.