Un bombero de 15 años salvó a la beba atropellada por ladrones
Su nombre es Juan Cruz y gracias a sus conocimientos en RCP, la nena de siete meses sobrevivió al violento impacto en San Martín. ‘La tuve muerta en mis brazos’, dijo el adolescente.
La historia de Vanesa López y su pequeña hija Mía pudo convertirse en una tragedia. Ambas fueron embestidas por tres delincuentes que huían de la Policía luego de robarle el auto a un hombre de 61 años en la localidad de Billinghurst, en el partido de San Martín. Sin embargo, un adolescente fue el responsable de que el episodio terminara en un milagro.
Fracciones de segundo después de ser atropelladas, Vanesa quedó arriba del capó del auto, completamente inconsciente y sin saber la suerte de su hija. La beba, por su parte, salió despedida varios metros por arriba del vehículo y cayó al suelo. Al igual que su mamá, la menor también perdió el conocimiento y quedó desprotegida hasta que apareció en escena Juan Cruz, un bombero voluntario de sólo 15 años que sin pensarlo, tomó a la bebé, le practicó primeros auxilios y la reanimó. El joven obtuvo sus conocimientos en RCP al seguir los pasos de su padre, quien también es bombero. «Mi papá también es paramédico. Yo quiero seguir los pasos de él», dijo.
Desesperado, comenzó a pedir ayuda para que lo llevaran a un hospital, aunque la respuesta de la gente no fue la esperada. «Veía gente después del choque y ninguno agarraba a Mía. Fui corriendo y la agarré yo. Les pedía que me llevaran, la tenía muerta en los brazos a la nena, hasta que me llevó la policía. Si no la ayudaba estaría muerta», contó el joven héroe. «Me saqué la remera y la puse en la cabeza de la nena y le hice RCP. Estuve como tres minutos y luego se puso a llorar. Después se me largó el llanto a dos manos», agregó el joven.
La nena fue llevada al hospital Eva Perón, donde milagrosamente se recupera apenas con un corte en la cara y una leve lesión en la cadera. «No tengo palabras para decirle nada. Eso me salió en el momento. No pensé en nada», dijo Juan Cruz. Le pequeña de siete meses será dada de alta mañana.
En una emotiva charla telefónica que mantuvo con el bombero, Vanesa se deshizo en elogios y palabras de agradecimiento. Visiblemente emocionada, la mujer lo calificó como un ángel. «No tengo palabras para él. Perdónenme que me quiero poner a llorar. Toda la vida se lo voy a agradecer. Mi casa está abierta para él y toda su familia», dijo Vanesa. «Quiero verlo al bombero, daría todo por conocerlo», agregó.
La madre de Mía corrió con la misma suerte que su hija. Sufrió apenas un esguince en el pie derecho, algunas contusiones y un corte en la cabeza. «No me acuerdo de nada. Me contaron que tuve un accidente y que mi bebé voló por los aires», relató.