Puntos rojos en la piel

La aparición de estos puntos de color rojo intenso puede resultar inquietante, pero no hay motivos para alarmarse. Un dermatólogo nos explica qué son estas lesiones y cómo podemos eliminarlas

Los denominados puntos rojos o puntos rubí aparecen con frecuencia a partir de los 40 o 45 años. “Es un detalle de envejecimiento cutáneo no relacionado con el sol y que tiene un componente familiar clarísimo”, señala el doctor Ramón Grimalt, dermatólogo.

Se trata de pequeñas dilataciones capilares debidas a fallos en el sistema vascular. “Es algo parecido a lo que ocurre en las piernas con las varices. No obstante, mientras las varices transcurren en paralelo a la superficie de la piel, en este caso la trayectoria es perpendicular y aparecen pequeñas dilataciones redondeadas”, detalla el médico.

Científicamente, esta patología se denomina angioma capilar adquirido y tiene un componente familiar muy importante. Así, si el padre o la madre presentan muchos puntos rojos, es muy posible que los hijos también los tengan cuando alcancen la cuarentena.

Los puntos rojos “pueden aparecer en casi cualquier parte del cuerpo pero normalmente se desarrollan en el tronco”, apuntan los especialistas de “Medlineplus”, un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Respecto a su tamaño, el doctor Grimalt precisa que suelen medir uno o dos milímetros aunque, en casos excepcionales, pueden ser mayores y alcanzar cinco, seis y hasta siete milímetros.

Sin embargo, estas lesiones no representan un problema de salud y por ello no requieren tratamiento desde el punto de vista médico. Si esta afección supone un problema estético, los puntos rojos se pueden borrar.

El facultativo afirma que son muy fáciles de eliminar con un láser denominado Nd-YAG. Otra opción es el bisturí eléctrico o electro fulgurador. De este modo, “se queman y desaparecen muy bien”, apunta.

En este sentido, detalla que existen diferentes tipos de láseres, cuya utilidad viene determinada por la longitud de onda y tipo de emisión, así como por la “diana” de la piel con la que interactúa.

“Podemos encontrar láseres de depilación como el Nd-YAG, el láser de Alejandrita o el láser de diodo que actúan sobre el folículo piloso. Algunos vaporizan el agua de la piel, como el láser de CO2 o el láser de Erbio, y otros actúan sobre los pigmentos y son de especial utilidad para los angiomas, manchas y tatuajes, como el láser de colorante pulsado, el Nd-YAG o el láser de Alejandrita”, añade.