La combinación de ejercicios reduce las muertes
Para reducir la mortalidad por diferentes causas es vital realizar una combinación de ejercicios y de sus intensidades.
Con el modelo para la detección de factores de riesgo y enfermedades adyacentes, el MODFARyEA para la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), que se inició en un nicho rural de menos de cuatro mil habitantes, en el año 2005 y que aún hoy en día tiene continuidad, se pudo demostrar la importancia que tiene la actividad física para mantener una buena salud, desde lo corporal hasta lo mental; asimismo, vale subrayar que debemos incluir una alimentación equilibrada que incluya una hidratación adecuada; hábitos libres de tabaco, alcohol u otras drogas, horas de un sueño reparador y tener presente las relaciones sociales (más aún si consideramos que el ser humano es un ser social que necesita vivir en comunidad). Todas estos cambios en el estilo de vida nos otorgan efectos beneficiosos para lograr un máximo estado de bienestar que nos darán una mejor calidad de vida.
El mantenernos en movimiento nos ayuda a generar, en principio, un habito saludable y que se retroalimenta casi de forma adictiva en virtud de las distintas hormonas que entran en circulación, que actúan como moduladoras y que nos llevan a querer repetir (la dopamina, serotonina, endorfinas, entre otras) y que nos sirve para controlar el peso (la base de las enfermedades metabólicas), disminuir los valores de la presión arterial (diastólica y sistólica), el colesterol, favorecer el desarrollo de la masa muscular (algo que no se puede negociar dentro de la estructura corporal), fortalecer los huesos y como una consecuencia de lo anterior se reducen las probabilidades de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, cánceres, osteoartritis, problemas respiratorios o enfermedades mentales.
En este punto, podríamos preguntarnos si ¿Existe alguna combinación de ejercicios para reducir el riesgo de desarrollar las ECNT? Como, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares (ECV), el cáncer, entre otras, pudiendo contribuir a disminuir las muertes tempranas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), desde hace algún tiempo que recomienda, en función de la edad del individuo y de su condición física, mantener un hábito mínimo de ejercicio aeróbico moderado de entre 150 y 300 minutos a la semana o entre 75 y 150 minutos, si el ejercicio es más intenso o vigoroso. Es decir, que es evidente la importancia de realizar actividad física, al menos de forma moderada y regular (para generar el habito), como un medicamento natural responsable de otorgarnos una mayor salud, en su más amplia expresión. Para los menos inmersos en este tema o para aquellos que recién comienzan se obtienen buenos resultados si se mantiene una cierta regularidad (al menos 30 minutos diarios y durante 5 días) lo que les otorga aristas saludables, como por ejemplo, alejarse del estrés, la ansiedad, el dolor, mal humor e insomnio; además, obtendrán una sensación de tranquilidad, felicidad o bienestar general que, semeja —como dije al inicio— una adicción, y que los llevara, paulatinamente, a la necesidad de volver a ponerse en movimiento.
En cuanto a si existe una fórmula que determine o de garantías de una salud más integral, parece que la respuesta está en un estudio publicado en la revista estadounidense JAMA- Medicina Interna, en agosto de 2023, y dirigido por el investigador de la Universidad de Zaragoza, Rubén López Bueno, quien encontró una posible combinación de ejercicios que reduce la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, el cáncer y por todas las causas, en los adultos.
En la investigación titulada Asociaciones prospectivas de diferentes combinaciones de actividad aeróbica y de fortalecimiento muscular con mortalidad por todas las causas, cardiovascular y por cáncer se analizaron datos de 500.705 adultos estadounidenses y se les dio seguimiento durante una media de 10 años, utilizando datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de EE. UU., con una edad media de 46,4 años a las que se los siguió durante 10 años. Los datos se analizaron del 1 al 30 de septiembre de 2022.
Selección de los participantes
De una muestra de 646.201 participantes se excluyó a aquellos que padecían enfermedades crónicas: como cáncer, cardiopatías, enfisema o ictus, así como a los que carecían de datos o no podían realizar actividad aeróbica intensa o moderada. Asimismo, no se tuvo en cuenta a los individuos en los que faltaban datos sobre patologías crónicas, estado civil, educación, consumo de alcohol, hábito de fumar e índice de masa corporal.
Los resultados
Los resultados revelaron que «las combinaciones óptimas para la reducción del riesgo de mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares (ECV) fueron más de 150 a 225 minutos de actividad aeróbica moderada (MPA), entre 0 a 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa (VPA) y dos o más sesiones de fortalecimiento muscular (MSA) por semana; o más de 300 minutos de MPA, entre 0 a 75 minutos de VPA y dos o más sesiones de MSA por semana, respectivamente».
Las tasas de mortalidad arrojaron una disminución en las muertes de casi el 50% por todas las causas y por cáncer; en cambio, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares se redujo en un 33,3%. Estos datos fueron comparados con el grupo de personas que no hacían ejercicio aeróbico moderado o vigoroso y que realizaban menos de la actividad de fortalecimiento muscular recomendada.
Conclusiones
“Los niveles de actividad aeróbica moderada (MPA) y de actividad física aeróbica vigorosa (VPA), en combinación con sesiones de fortalecimiento muscular (MSA), superiores a los recomendados pueden reducir aún más el riesgo de cáncer y la mortalidad por todas las causas, respectivamente”.