Parroquia Santa Ana: El lugar que guarda las emociones de Soldi
La parroquia Santa Ana se alza sobre la intersección de las calles Aristóbulo del Valle y Raúl Soldi, en la localidad de Glew.
Conocida como el lugar que guarda los secretos de Raúl Soldi, sobre sus cimientos se guardan los frescos de uno de los pintores Argentinos más importantes de la historia artística. Los frescos que Raúl Soldi dejó allí pintados y que junto con la muestra permanente de la Fundación Soldi invitan a acercarse a ese universo de criaturas inocentes y climas afables que es el rasgo característico de su obra.
Los memoriosos sostienen que la historia de la capilla y estos frescos comenzó a principio de los años 50, cuando Soldi conoció el pueblo y, según muchos: se enamoró de él a primera vista. Le gustaron, dicen, las calles mansas y tranquilas, apenas alteradas, cada tanto, por el paso de sulkies y volantas.
Los murales de la iglesia de Santa Ana, con su antiguo campanario en pie, fueron inaugurados en 1905.
Hoy, al entrar en la capilla se percibe el fuerte aroma a hierbas que inunda esa nave de 8 metros de frente por 25 de largo, con bóveda de cañón corrido. Y enseguida sorprenden los colores de los frescos: tonos saturados conviven con matices pastel y azules ultramar intensos. Veintitrés calurosos veranos fue el tiempo que Raúl Soldi tardó en concluir estos murales con la técnica renacentista del fresco. Primero revocó los muros; más tarde, por medio de un sistema de caños, humedeció el interior de las paredes.
Dibujó el boceto y luego, sobre el muro listo, aplicó con espátula los pigmentos que le dieron vida.
Subido a los andamios, en las alturas —con los pinceles atados a la cintura y velas para iluminar los detalles— Soldi pintó un total de 11 frescos y dos óleos en los que plasmó escenas religiosas. Una de las curiosidades de esta singular obra es que en las representaciones el artista incluyó paisajes y hasta reconocibles personajes de Glew Por ejemplo, en el fresco El Coro, la figura de Santa Ana es una conocida vecina que cantaba en el coro de la iglesia.
Los murales —que han sido restaurados— se conservan en muy buen estado. La explicación aportada en la capilla atiende casi exclusivamente a los aspectos religiosos a los que remite la obra.
El paseo continúa en la Fundación Soldi, creada por iniciativa del artista. Allí se exhiben 60 obras, entre óleos, dibujos y grabados, que abarcan distintas etapas pictóricas desde 1927 hasta 1978. También se proyecta un video sobre su vida. La de Soldi es «una obra caracterizada por la paz, la tranquilidad y la poesía», sostiene Daniel Soldi, hijo del artista a cargo de la Fundación.
La arquitectura
El templo es un rectángulo de 23 metros de largo por 8 de ancho. A gran altura iluminan seis claraboyas sobre los costados, cubiertas por cristales azules y blancos. En las paredes internas hay arcos de 5 por 3 metros, limitadas por pilastras, que actualmente tiene sus famosos murales.
Adosada al atrio de 2 por 9 metros se alza la fachada de reminiscencias neoclásicas que se cierra en un tímpano con un rosetón de cristales policromados. Su estructura de ladrillos rojos está rematada por una espadaña con su campaníl místico en el centro; tiene techo a dos aguas con el interior abovedado. El altar se encuentra separado de la nave por una baranda de hierro.