Darle miel a un bebé podría ser peligroso
Muchos padres jóvenes desconocen su peligro y aunque pediatras y nutricionistas recomiendan no proporcionarle nunca este producto a un lactante en el primer año de vida, desoyen esta orden.
El hecho ocurrió en Adachi, un barrio de Tokio, pero su impacto fue tan grande que al poco tiempo la noticia ya había dado la vuelta al mundo: un bebé de seis meses había muerto. Los padres reconocieron que le daban una mezcla de miel con jugos de frutas. Esos padres conocían una de las más reiteradas recomendaciones de pediatras y nutricionistas: no darles miel a los chicos menores de un año. Pero la desoyeron, porque creían que la mezcla que le daban periódicamente al bebé era sana.
En la miel que le dieron al bebé había una bacteria: clostridium botulinum. Es la bacteria que produce el botulismo.
El bebé fue internado después de comenzar a sufrir convulsiones y de presentar dificultades para respirar. A partir de los análisis que le hicieron en el hospital determinaron que la miel estaba contaminada por la bacteria del botulismo.
El bebé resistió un mes internado en el hospital, al cabo del cual falleció. La advertencia se instaló entre nutricionistas y pediatras hace varias décadas: nunca darles miel a los chicos menores de un año.
Insistir con este postulado era importante para contrarrestar la tradición de mojar el chupete en la miel que conservaban algunas abuelas.
La razón por la que los chicos de menos de doce menos no pueden consumir miel es la posibilidad de que ésta contenga la bacteria clostridium botulinum, que es la que produce el botulismo.
La bacteria es inocua en la miel, pero puede resultar letal cuando contamina el intestino grueso de un bebé, ya que se liberan toxinas que producen un trastorno neurológico grave.
La razón por la cual puede afectar a los bebés y no a los niños de más edad o a los adultos se relaciona con la inmadurez del intestino del bebé, ya que en el caso de los menores de un año se corre el riesgo de que su intestino permita que esas bacterias germinen dentro y den lugar a la producción de la toxina peligrosa.
Esto sucede en el caso de las mieles artesanales, caseras o naturales. En el caso de algunos productos, como cereales, que incluyen miel en su elaboración, ésta ha sido sometida a procesos de alta presión y temperatura que tienen por objeto destruir las bacterias.
Otra de las razones, menos grave, por la cual tampoco se recomienda el consumo de miel en bebés es por su intenso dulzor y su alto contenido de azúcar, ya que no es aconsejable ofrecerles alimentos tan edulcorados.