El caso Brian Aguinaco: el crimen que marcó un punto de inflexión en la seguridad de Flores
A nueve años del asesinato del adolescente de 14 años, el hecho continúa siendo un símbolo de la lucha contra la inseguridad y las fallas en el sistema judicial de menores en Argentina.
El 24 de diciembre de 2016, la víspera de Navidad se transformó en tragedia para el barrio porteño de Flores. Brian Aguinaco, un adolescente de 14 años, fue baleado por «motochorros» que escapaban tras asaltar a una mujer. Dos días después, Brian falleció en el hospital Piñero, desatando una ola de indignación social que derivó en históricas protestas y en la intervención de la Comisaría 38.
El crimen no solo conmocionó por la juventud de la víctima, sino por la trama de impunidad que rodeó a sus perpetradores y los vacíos legales que quedaron expuestos durante el proceso judicial.
El hecho: un ataque letal en plena tarde
Cerca de las 15:00 horas, Brian viajaba en el auto junto a su abuelo, Enrique. En la esquina de Rivera Indarte y Asamblea, se cruzaron con dos delincuentes en moto que le habían robado la cartera a una mujer. Al creer que el abuelo de Brian intentaba encerrarlos con el vehículo, uno de los asaltantes disparó a sangre fría. La bala impactó en el cuello del adolescente.
La reacción de los vecinos de Flores fue inmediata. Ante la falta de respuestas policiales en una zona considerada «liberada», cientos de personas marcharon hacia la comisaría local, llegando incluso a ingresar por la fuerza en reclamo de justicia.
El laberinto judicial y la polémica por la edad de imputabilidad
La investigación logró identificar a dos sospechosos. El conductor de la moto, Luis «El Pollo» Armando de Dios, fue condenado a prisión perpetua. Sin embargo, el autor material del disparo generó una de las polémicas legales más intensas de la década en Argentina.
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El menor imputado: Se trataba de Brian G., un joven de entonces 15 años. Fue detenido en Chile y trasladado al país, pero por ser menor de 16 años, la ley argentina lo declaró inimputable.
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La liberación: A las pocas semanas, un juez ordenó que el adolescente fuera enviado a Perú bajo la custodia de sus abuelos. La noticia de que el autor del crimen quedaba en libertad sin proceso penal fue un golpe devastador para la familia Aguinaco y motorizó pedidos de reforma en el Régimen Penal Juvenil.
Impacto político y social
El caso Brian Aguinaco obligó a las autoridades a realizar cambios profundos en la estructura de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. El entonces ministro de Seguridad, Martín Ocampo, debió desplazar a la cúpula de la Comisaría 38 y se rediseñó el patrullaje en los límites de la Villa 1-11-14, de donde provenían los atacantes.
Asimismo, la madre de Brian, Virginia Piuma, y su padre, Fernando Aguinaco, se convirtieron en referentes de la lucha contra la inseguridad, integrando colectivos de víctimas que exigen penas más duras y un sistema de justicia que contemple los derechos de quienes sufren el delito.
Un recuerdo permanente
Cada diciembre, la comunidad de Flores recuerda a Brian. Su nombre quedó grabado no solo en una placa conmemorativa, sino en el debate permanente sobre cómo proteger a los jóvenes de la violencia urbana y cómo debe actuar el Estado frente a la delincuencia juvenil. A casi una década del hecho, el crimen de Brian sigue siendo la herida abierta de una Navidad que el barrio porteño nunca podrá olvidar.
