Justicia niega salidas laborales a «La Toretto»: no podrá trabajar como niñera
El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de La Plata rechazó el pedido de Felicitas Alvite para abandonar su arresto domiciliario dos veces por semana, tras el fuerte repudio de la familia de la víctima.
La Justicia de La Plata dio un cierre rotundo a la última pretensión de Felicitas Alvite, la joven de 21 años procesada por la muerte del motociclista Walter Armand. Conocida en redes sociales como «La Toretto», Alvite había solicitado un permiso especial para realizar salidas laborales bajo el rol de niñera, pero el tribunal interviniente determinó que no existen las garantías necesarias para flexibilizar su actual régimen de detención.
La resolución fue emitida por el Tribunal Oral en lo Criminal N°2, conformado por los magistrados Silvia Edit Hoerr, Analía Inés Carillo y Claudio Joaquín Bernard. Los jueces consideraron que «no están dadas las condiciones» para modificar la prisión domiciliaria que la joven cumple en su vivienda de City Bell desde mayo de 2025, manteniendo así la restricción total de movimiento mientras se aguarda el inicio del juicio oral.
El polémico pedido y el rechazo de la querella
La defensa de Alvite fundamentó el pedido en una oferta concreta: una familia cercana a su domicilio le habría ofrecido empleo para cuidar a un bebé dos veces por semana. Según los abogados de la imputada, este tipo de salidas contribuirían a su resocialización y sustento económico. Sin embargo, tanto la fiscalía como la querella que representa a la familia Armand se opusieron de forma tajante durante el proceso de consulta.
La reacción de los allegados a Walter Armand no tardó en llegar. A través de un comunicado en redes sociales, manifestaron su indignación: «No alcanza con que haya matado a una persona y no esté en la cárcel, sino que también pretende tener salidas laborales», expresaron, subrayando el «dolor y vergüenza» que les genera el comportamiento de la acusada tras la tragedia.
Crónica de una muerte al volante
El caso que conmocionó a La Plata ocurrió la noche del 12 de abril de 2024. Según las pericias incorporadas a la causa, Felicitas Alvite conducía su Volkswagen Gol Trend a una velocidad superior a los 90 km/h por la avenida 13. Las cámaras de seguridad municipales registraron cómo la joven cruzó múltiples semáforos en rojo antes de impactar violentamente contra la moto de Armand, de 35 años, en la esquina de la calle 532.
La investigación sugiere que Alvite no circulaba sola, sino que presuntamente participaba de una carrera clandestina o «picada» junto a una amiga. El apodo «La Toretto» cobró relevancia nacional cuando se descubrieron videos en su cuenta de TikTok donde ella misma bromeaba sobre su peligrosidad al volante: «¿Miedo? Miedo es ir conmigo en el auto porque soy un constante ‘ese quiere correr’ y me hago la Toretto», rezaba una de sus publicaciones previas al siniestro.
Hacia el juicio por dolo eventual
Actualmente, Alvite se encuentra imputada por el delito de homicidio simple con dolo eventual. Esta calificación es considerablemente más grave que la de homicidio culposo, ya que la justicia interpreta que la conductora debió representarse que circular a esa velocidad y violando señales de tránsito podría causar una muerte y, aun así, continuó con su accionar.
Bajo esta carátula, la joven enfrenta una posible condena de entre 8 y 25 años de prisión. Tras haber pasado por dependencias policiales y el penal de Magdalena, su traslado a prisión domiciliaria en 2025 ya había generado controversia. Con este nuevo revés judicial, queda claro que el tribunal priorizará el resguardo del proceso penal y el respeto a la memoria de la víctima por sobre los pedidos de flexibilización de la imputada.
Un límite a la flexibilidad domiciliaria
El rechazo al pedido de salidas laborales marca un límite jurídico importante en casos de alta sensibilidad social. Para los jueces, el riesgo procesal y la gravedad del hecho cometido prevalecen sobre el derecho al trabajo en esta instancia. Felicitas Alvite deberá esperar el juicio oral confinada en su domicilio, mientras la sociedad y la familia de Armand aguardan una sentencia definitiva que determine su responsabilidad en una muerte que pudo haberse evitado.
