Clave del verano: cómo ahorrar energía y mantener la casa fresca sin sobrecargar la red
Con la ola de calor, el consumo eficiente de electricidad es vital para evitar facturas altas y cortes; fijar el aire a 24 °C y usar ventiladores son hábitos esenciales.
Gestión Inteligente del Calor: estrategias para la eficiencia energética en casa
Con el arranque de diciembre y la llegada de los primeros calores fuertes en el AMBA, la demanda de refrigeración se dispara. El uso desmedido de aires acondicionados no solo impacta directamente en el monto final de la factura de electricidad, sino que también contribuye a los picos masivos de demanda energética. Es fundamental ser conscientes de que un consumo eficiente puede prevenir sorpresas desagradables en el bolsillo y, al mismo tiempo, reducir el riesgo de posibles fallas en el suministro eléctrico debido a la sobrecarga de la red.
Adoptar una serie de hábitos sencillos y prácticos es clave para pasar el verano de manera confortable y económica, logrando mantener la casa fresca sin desperdiciar energía. Estos consejos abarcan desde la configuración óptima de los equipos de climatización hasta el uso estratégico de electrodomésticos esenciales como heladeras y lavarropas.
Climatización Inteligente: uso eficiente de aire acondicionado y ventiladores
La clave para el ahorro y la eficiencia energética en la climatización pasa por la configuración correcta de los equipos y la elección de alternativas más económicas en el combate contra la ola de calor.
Aire Acondicionado: rendimiento y ahorro
Para garantizar que el aire acondicionado funcione de manera eficiente y no dispare el consumo, es crucial seguir estas recomendaciones:
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Temperatura ideal: Fijá la temperatura a 24 °C. El consumo de algunos equipos puede aumentar hasta un 8% por cada grado que se baja de ese umbral. Esta es la temperatura de confort que minimiza el esfuerzo del motor.
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Aislamiento: Mantené puertas y ventanas cerradas mientras el aparato esté encendido. Esto evita el ingreso constante de aire caliente, que obliga al equipo a trabajar más intensamente.
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Uso: Apagá el equipo cuando abandones la habitación por períodos prolongados.
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Mantenimiento: Limpiá los filtros cada seis meses. Los filtros sucios fuerzan el equipo, reduciendo su eficiencia y elevando el gasto.
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Conexión segura: Asegurale una conexión exclusiva y directa. Evitá enchufarlo a zapatillas eléctricas, ya que esto puede generar sobrecargas que fuerzan el motor y elevan innecesariamente el gasto.
El poder del ventilador: una alternativa más económica
Los ventiladores son una solución mucho más eficiente en términos de consumo energético:
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Efectividad y tipo: Los ventiladores (preferentemente de techo) pueden generar una sensación de descenso de la temperatura de entre 3 y 5 °C.
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Ahorro energético: Consumen casi ocho veces menos kilovatios por hora que un equipo de aire acondicionado, y prácticamente no necesitan mantenimiento, lo que los convierte en la opción más económica para refrescar ambientes.
Electrodomésticos esenciales: heladera y lavarropas
El uso intensivo de la heladera y el lavarropas durante el verano también requiere prácticas específicas para evitar el derroche de energía.
Heladera: ubicación y uso estratégico
La heladera es uno de los electrodomésticos que más consume por estar encendido las 24 horas. Para optimizar su funcionamiento:
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Ubicación: Reservale un lugar fresco y bien ventilado, lejos de fuentes de calor (como hornos) y mantené la parte trasera y los laterales a 15 centímetros de la pared para permitir la correcta disipación del calor.
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Burletes y conexión: Verificá y cambiá los burletes de las puertas si están en mal estado para evitar la pérdida de frío. Al igual que el aire, asegurá una conexión eléctrica exclusiva.
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Contenido: Abrí la puerta solo por el tiempo necesario. Evitá guardar alimentos calientes, ya que la heladera consume más energía para enfriarlos. Tampoco la llenes en exceso ni bloquees las salidas internas de aire.
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Descongelamiento: Descongela regularmente. El exceso de consumo comienza cuando las paredes interiores acumulan una capa gruesa de hielo. Considerá, al comprar un equipo nuevo, un modelo No frost para evitar la formación de escarcha.
Lavarropas: eficiencia hídrica y térmica
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Capacidad y programa: Utilizá el lavarropas cuando llegues a la capacidad máxima aconsejada por el fabricante. Para poca ropa, usá el programa económico.
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Temperatura del agua: Si es posible, utilizá siempre agua fría, ya que el calentamiento del agua consume hasta un 80% más de energía.
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Jabón: Usá la cantidad correcta de jabón para evitar enjuagues innecesarios.
Consejos extra: iluminación y el consumo «vampiro»
Más allá de los grandes electrodomésticos, hay otras prácticas diarias que contribuyen significativamente al ahorro y la eficiencia en la lucha contra la ola de calor.
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Iluminación: Aprovechá la luz natural del verano abriendo cortinas y persianas para reducir el encendido de luces artificiales. Si usás lámparas incandescentes, reemplazalas por lámparas LED, que son hasta un 80% más eficientes.
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Uso inteligente: Evitá el uso simultáneo de aparatos de alto consumo (por ejemplo, planchas y aires acondicionados). También es recomendable evitar usar la plancha y el lavarropas durante las franjas horarias de mayor demanda eléctrica: entre las 13:00 y las 16:00, y entre las 18:00 y las 22:00.
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Ahorro vampiro: Desconectá los electrodomésticos que quedan en modo stand-by. Este consumo «vampiro» o «fantasma» puede representar un ahorro de entre un 5% y un 10% en la factura total de electricidad.
Adoptar estos hábitos no solo es un gesto de responsabilidad con el bolsillo, sino también una contribución a la estabilidad de la red energética durante los picos de demanda del verano.
