Crisis en las jugueterías: la “avalancha sin precedentes” de importaciones golpea al sector
La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) expone factores estructurales y comerciales que afectan a fabricantes, importadores y comercios en un escenario crítico para el sector, marcado por la crisis en las jugueterías, la caída del consumo y la entrada masiva de mercadería extranjera.
Una industria bajo presión a semanas de Navidad
La industria del juguete atraviesa uno de sus momentos más delicados a semanas de la temporada navideña. La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) alertó que el sector está en “uno de los momentos más delicados de las últimas décadas”, golpeado por la coyuntura económica y comercial. Los factores que confluyen en esta crisis en las jugueterías incluyen transformaciones demográficas, cambios culturales en los hábitos de juego y un contexto de sobreoferta que impacta directamente a fabricantes, importadores y minoristas. En un informe procesado por la Agencia Noticias Argentinas, la entidad que agrupa a los fabricantes detalló los problemas que enfrenta el rubro y planteó una serie de reclamos para revertir la difícil situación.
Menos niños y la competencia digital
La demanda potencial del sector se ve afectada de manera estructural por la disminución de la población infantil. La CAIJ señala que la tasa de fecundidad en el país se redujo drásticamente, pasando de 2,4 a 1,4 hijos por mujer desde 2015, lo que implica una baja del 42%.
En paralelo a esta tendencia demográfica, los dispositivos electrónicos se consolidan como una competencia directa. Estos aparatos, según la Cámara, “compiten con el juego físico, creativo y social, desplazando tiempo e interés por el juguete tradicional” de los niños y niñas.
Juguetes inseguros y un mercado saturado por las importaciones
Uno de los puntos de mayor preocupación para la CAIJ es la oferta creciente de juguetes clasificados como “compra internacional” en las plataformas de e-commerce. La entidad alerta sobre la presencia de artículos, algunos de los cuales fueron objeto de alertas de retiro en mercados como Estados Unidos, lo que genera un riesgo para la salud y seguridad de los consumidores.
“Organismos de la región (como Brasil) detectaron juguetes con presencia de metales pesados y sustancias prohibidas, lo que refuerza la necesidad de controles más estrictos en frontera, regulaciones claras sobre la venta online y trazabilidad efectiva en la comercialización”, subraya el informe.
Avalancha importadora sin precedentes
El ingreso de productos importados ha crecido de manera exponencial. Entre enero y octubre de 2025, las importaciones sumaron US$91,3 millones FOB y 17,5 millones de kilos, lo que representa subas interanuales de 59,5% en valores y 94% en volumen. Prácticamente la totalidad de este volumen, el 94,4%, proviene de China.
Según el presidente de la CAIJ, Matías Furió, el sector pasó de 199 a 530 importadores en tan solo un año, mientras que el consumo interno se mantiene en baja. Furió calificó el fenómeno como “una avalancha sin precedentes”.
El 52% del volumen ingresado corresponde a artículos de muy bajo costo, de menos de US$3 FOB por kilo, lo que sugiere el ingreso masivo de productos, algunos potencialmente subvaluados. La concentración en China, que explica casi el 95% del volumen importado, es la más alta de los últimos 20 años. Al incorporar juegos de mesa, artículos para aire libre y productos de fiesta, el volumen total asciende a 28,4 millones de kilos, proyectando el año con el mayor ingreso de productos en dos décadas.
Competencia desigual, contrabando y máquinas paradas
La Cámara denuncia una competencia desigual frente a China, cuyos costos laborales, ambientales y energéticos son significativamente más bajos, sumado a incentivos que distorsionan los precios.
A esto se agrega el contrabando, que la CAIJ estima en un 30% del mercado. La entidad menciona casos de bazares y polirrubros que se abastecen de mercadería ilegal en zonas fronterizas, poniendo en riesgo el comercio formal.
El impacto en la producción nacional es severo. “La industria tiene 6 de cada 10 máquinas paradas sin producir”, afirmó Furió, quien lamentó que la reducción arancelaria del 15% no se haya traducido en menores precios para los juguetes importados. Los problemas incluyen:
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Ventas estancadas y sobreoferta por el stock acumulado de 2023.
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Ingreso masivo de nuevos importadores.
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Jugueterías con márgenes operativos negativos debido al aumento de tarifas y la presión del canal online.
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Fábricas que recurren a crédito solo para afrontar sueldos y aguinaldos.
Cierres de locales tradicionales
La situación ha llevado al cierre de jugueterías históricas en distintos puntos del país:
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Rossier (Escobar): Cerró su local físico en octubre de 2025 tras casi 40 años, manteniendo solo la tienda virtual.
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Halago’s (Quilmes): Bajó la persiana después de años de actividad.
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Lilián (Trelew): Con medio siglo de trayectoria, su dueña expresó la falta de ventas: “Pasan tres días y no abrimos la caja”.
Furió advirtió que, de continuar la tendencia, se vería reducida no solo la cantidad de jugueterías, sino también la de fábricas e importadores formales. La sobreoferta actual obliga a muchas empresas a rematar mercadería para recuperar liquidez, lo que “profundiza aún más la distorsión del mercado” al generar precios insostenibles y poner en riesgo la continuidad de las empresas.
El consumo busca precio y los reclamos de la CAIJ
El ticket promedio de consumo refleja la pérdida de poder adquisitivo y la búsqueda de precios bajos: $22.000 en comercios de barrio, $49.000 en grandes cadenas y un promedio general de $35.000. Además, el 85% de las operaciones se realiza con tarjeta de crédito, lo que subraya la fuerte dependencia del financiamiento.
El documento de la CAIJ concluye con un llamado urgente a las autoridades, buscando enfrentar un mercado saturado con productos de bajo valor sin trazabilidad y controles insuficientes. “Pone en riesgo tanto a la producción nacional como a los importadores formales que sí cumplen con los estándares requeridos”, señala la Cámara.
Las propuestas clave para detener la crisis en las jugueterías son:
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Fortalecer los controles en frontera.
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Exigir marcado de conformidad y QR con AR y dos tildes en todas las publicaciones online.
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Garantizar trazabilidad y fiscalización en todo el país.
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Controlar importaciones de bajo valor y subfacturadas.
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Asegurar competencia equitativa entre industria nacional e importadores formales.
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Proteger a los niños frente a artículos inseguros que no cumplen las normas vigentes.
