Deudas y salud mental: la morosidad récord en Argentina disparó el estrés y la culpa
El endeudamiento récord, con 6,6% de préstamos en mora, se volvió un "tabú" social que alimenta una epidemia de estrés, insomnio y depresión. Expertos instan a romper el silencio para afrontar el problema y preservar la salud mental.
La deuda récord se vuelve un tabú silencioso que desgasta la salud mental
La morosidad de los argentinos alcanzó niveles récord, convirtiendo el endeudamiento en un problema de salud mental de dimensiones preocupantes. Con el 6,6% de los préstamos familiares en mora, el valor más alto desde 2008 según cifras del Banco Central (BCRA), la economía personal está generando una crisis emocional. Expertos en psicología y finanzas advierten que la deuda se ha vuelto un «tabú» social que se sufre en soledad, provocando estrés crónico, insomnio y, en casos extremos, depresión y pensamientos suicidas. Esta coyuntura económica se traduce en un desgaste psicológico profundo que exige atención urgente.
El problema central no reside solo en la magnitud de los números, sino en la carga simbólica y emocional que arrastra la falta de pago. De acuerdo con un informe reciente, la deuda oculta genera una «doble vida emocional» que carcome la estabilidad personal. Las personas no solo ocultan el monto adeudado, sino, principalmente, el sentimiento de fracaso y la profunda vergüenza de admitir que han perdido el control de su capacidad de pago.
La pérdida de identidad detrás del silencio de la deuda
Martín Wainstein, psicólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explica el núcleo del conflicto: la deuda silenciosa no se esconde por las cifras en sí, sino por lo que representan en términos de valor e identidad personal. En una sociedad que asocia el éxito y la valía con la solvencia económica, la incapacidad de pago se percibe como un fracaso moral o de gestión, minando la autoestima.
Este miedo al juicio social y el sentimiento de vergüenza son los principales catalizadores de la internalización del problema. Al no poder compartir la situación, el individuo se aísla, transformando la deuda externa en una carga psicológica interna.
Efectos psicológicos del endeudamiento crónico
El silencio actúa como un fertilizante para el estrés crónico. Los efectos en la salud mental son variados y severos:
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Insomnio: La preocupación constante por la deuda y sus consecuencias (llamadas, avisos, el futuro) se traduce en noches sin descanso.
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Irritabilidad y ansiedad: La sensación de falta de control y la presión continua elevan los niveles de cortisol, generando una hipersensibilidad emocional.
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Pensamientos repetitivos (rumiación): La mente queda atrapada en un bucle de cálculo y culpa, incapaz de encontrar soluciones.
El caso de María Alegre (59 años) es un ejemplo dramático. Abrumada por una deuda que superaba los 10 millones de pesos, experimentó una pérdida de apetito y sueño total, desembocando en pensamientos suicidas. Su historia no es única; ejemplifica cómo la presión financiera puede cruzar la línea hacia una crisis de salud mental profunda.
El acoso: la humillación que rompe el tabú
Otro factor de intenso desgaste emocional es el acoso de las empresas de cobranza. Choferes como José Páez (37 años) relatan que lo más temido no es la deuda en sí, sino la posibilidad de que estas empresas rompan el silencio al contactar a familiares, vecinos o compañeros de trabajo. Este acoso, a menudo agresivo e indiscriminado, transforma la vergüenza interna en humillación pública, destruyendo la fachada que el deudor intentó mantener.
El miedo a que la deuda se haga pública actúa como un potente factor de aislamiento, perpetuando el ciclo de silencio y agravando el cuadro de estrés.
Romper el silencio: el primer paso para la solución
Especialistas en finanzas personales y psicología son unánimes: el primer paso para salir de este laberinto de deuda y culpa es romper el silencio y desmitificar la situación.
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Nombrar el problema: Admitir la existencia de la deuda y hablar de ella con un profesional o un ser querido es esencial para externalizar la carga emocional.
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Radiografía financiera completa: Se debe realizar un análisis riguroso y objetivo de las finanzas (ingresos, egresos, tasa de interés, acreedores) para dimensionar el problema.
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Elaboración de un plan: Una vez que se tiene un panorama claro, se puede empezar a negociar y construir un plan realista de pago, lo cual devuelve al deudor un sentido de control.
La deuda es una circunstancia, un estado transitorio de las finanzas, no una identidad. Su solución pasa obligatoriamente por dejar el aislamiento, afrontar la realidad con ética y buscar ayuda profesional tanto en el ámbito financiero como en el de la salud mental. Superar el miedo al juicio social es el acto de valor que puede salvar tanto la economía como la vida emocional de miles de argentinos.
