Tarjeta de crédito: cuándo se cobra interés y cómo se calcula en Argentina
El creciente uso de la tarjeta de crédito para financiar consumos diarios dispara el riesgo de endeudamiento. Conozca el momento exacto en que se aplican intereses y cómo se calcula el Costo Financiero Total (CFT).
En un contexto económico marcado por el estancamiento salarial y la caída del poder adquisitivo, la tarjeta de crédito se ha convertido en una herramienta fundamental para financiar el consumo diario de los argentinos, superando incluso a la de débito en volumen de operaciones. Sin embargo, este incremento en el uso conlleva una preocupante contracara: la dificultad para saldar el total de la deuda mensual. Este escenario provoca la activación de feroces intereses bancarios que, si no se gestionan adecuadamente, generan un efecto de «bola de nieve» en el endeudamiento personal. Entender cuándo y cómo se cobran estos recargos es esencial para mitigar el riesgo financiero asociado al uso de la tarjeta de crédito.
La preferencia por el crédito y el riesgo financiero
Datos recientes del Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirman el cambio de hábito. En agosto, el BCRA reportó 180,4 millones de operaciones con tarjeta de crédito por un monto total de $9,4 billones, superando las 178 millones de operaciones con débito por $4,7 billones.
La tendencia muestra un crecimiento acelerado: mientras que en 2022 las operaciones con crédito representaban apenas el 13,3% del total, en la actualidad ya alcanzan el 46,2% del volumen total. Este aumento en el financiamiento mediante tarjeta de crédito dirige la atención hacia el costo real de esta herramienta en un entorno de tasas de interés elevadas, influenciado por la menor circulación de pesos en la economía.
¿Cuándo comienza el cobro de intereses en la tarjeta de crédito?
Es crucial diferenciar los escenarios de compra para determinar cuándo se aplica un cargo por financiación:
- Compras en un solo pago: Estas operaciones no generan interés bancario sobre el capital. El cliente solo debe considerar otros costos financieros indirectos, como los impuestos (IVA, Impuesto a los Sellos, etc.) o gastos administrativos de la tarjeta.
- Consumos en cuotas con interés: Cuando una compra se financia en cuotas (distinto al «Ahora X» sin interés real), desde el inicio se aplica un recargo por financiación que se calcula sobre el saldo pendiente.
- Pago mínimo no saldado: Aquí reside el principal foco de endeudamiento. Si el cliente no cancela el total de la deuda mensual y opta por pagar únicamente el pago mínimo o un monto intermedio, el saldo restante automáticamente comienza a devengar intereses.
Además, en el peor de los casos, si el cliente ni siquiera puede cancelar el monto mínimo requerido por el banco, a los intereses de financiación se suman los intereses punitorios, que son un recargo adicional por el incumplimiento.
La clave del costo: el Costo Financiero Total (CFT)
El valor real que el cliente paga por financiar una deuda con la tarjeta de crédito no se limita a la tasa básica, sino que se expresa a través del Costo Financiero Total (CFT).
El CFT es el indicador más importante a considerar, ya que representa el valor integral de la financiación. Se compone de varias variables, entre las que destacan:
- Tasa Nominal Anual (TNA): Es la tasa de interés básica que se utiliza para calcular los pagos de interés sobre el capital prestado. Se cobra sobre un periodo anual y varía proporcionalmente al plazo de devolución: a mayor plazo del crédito, mayor TNA. La TNA determina la cuota pura (fija o variable) de la financiación.
- Impuesto al Valor Agregado (IVA): Este impuesto se aplica sobre los intereses y comisiones cobrados por la entidad bancaria.
- Comisiones y Gastos: Incluye gastos de emisión, mantenimiento de la cuenta y seguro de vida sobre el saldo deudor, entre otros.
En resumen, el CFT es la cifra que permite comparar de forma transparente el costo final de financiarse entre distintas entidades bancarias, ya que engloba todos los recargos que se suman a la deuda principal.
