Crisis en el sector electrónico: Recortes de personal y producción en pausa por la demanda

La industria electrónica argentina reportó en el tercer trimestre de 2025 que el 35% de sus empresas redujo personal, reflejando una profunda cautela y el freno de la producción ante la espera de una reactivación de la demanda.

La luz de alarma de CADIEEL: personal y producción a la baja

La industria electrónica argentina ha encendido una nueva señal de alarma en el sector productivo del país. Según el último informe correspondiente al tercer trimestre de 2025 de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), el clima es de profunda cautela, con empresas paralizando decisiones clave ante la incierta coyuntura macroeconómica.

El dato más contundente del relevamiento, que abarca compañías de electrónica, energía, baja tensión e iluminación, es la afectación directa sobre el empleo: casi cuatro de cada diez empresas (35%) reconocieron haber achicado su plantilla de trabajadores durante el período analizado.

Solo un mínimo 6% de las firmas consultadas indicó haber incorporado personal, mientras que el 59% restante mantuvo estable su dotación. Estos números, según Guillermo Freund, presidente de CADIEEL, reflejan un «clima de prudencia» en el que las empresas están «expectantes, evitando tomar decisiones relevantes a la espera de una reacción positiva de la demanda». La estabilidad, advierten, es sumamente frágil.

Producción se desgasta y capacidad instalada estancada

El enfriamiento del mercado también se percibe en los niveles de actividad industrial, lo que retroalimenta la decisión de reducir o congelar la contratación de personal.

  • Caída de la Actividad: Si bien la mitad de las firmas (50%) reportó niveles de producción estables, un significativo 31% admitió haber registrado una caída en su actividad.
  • Intensidad del Retroceso: Para las empresas afectadas, el retroceso promedio en la producción rondó el 35%, un impacto considerable que obliga a reevaluar costos operativos.

Con un tercio del sector reportando una baja en la actividad, se reduce automáticamente la necesidad de mano de obra y se postergan los planes de inversión a mediano y largo plazo. Un indicador clave que confirma el estancamiento es el uso de la capacidad instalada: el 40% de las empresas opera en niveles moderados, entre el 41% y el 60%, confirmando que la capacidad de crecimiento del sector permanece ociosa.

Exportaciones: una leve mejora con barreras persistentes

En medio de este panorama contractivo, el informe de CADIEEL arrojó un dato positivo relacionado con la internacionalización del sector. Se detectó un pequeño avance en el número de empresas que lograron exportar, pasando del 37% en el trimestre anterior al 41% en el período actual.

Además, creció la proporción de empresas que destina una porción más significativa de su producción al mercado externo: la cantidad de firmas que exporta entre el 31% y el 40% de su output subió del 8% al 15%.

A pesar de este leve crecimiento en las ventas al exterior, los industriales señalan que el principal obstáculo para consolidar la competitividad exportadora sigue siendo el alto costo local. La estructura de costos internos limita el potencial de crecimiento del sector en los mercados internacionales, obligando a muchas firmas a priorizar la supervivencia antes que la expansión.

Expectativas para el cierre de año: sostenerse en lugar de crecer

De cara al último trimestre del año, las expectativas de los empresarios del sector electrónico e industrial son sumamente conservadoras y se enfocan en la resistencia.

  • Empleo: El 78% de las compañías proyecta sostener su dotación actual, mientras que el 22% restante anticipa nuevos recortes de personal. No hay expectativas de aumento neto del empleo en el corto plazo.
  • Inversiones: Solo un 28% de las empresas prevé destinar recursos a inversiones en el trimestre final. Si bien es una mejora leve respecto a períodos anteriores, es insuficiente para revertir la tendencia de caída en la ocupación y la actividad productiva.

El sector electrónico, que históricamente ha sido un termómetro de la actividad industrial, muestra un panorama donde la prioridad es mantenerse a flote a la espera de un repunte macroeconómico que impulse la demanda interna y permita el despegue de la capacidad productiva actualmente subutilizada.