El mega ajuste de Milei en cifras: Trabajadores y jubilados pierden $57 billones
Pérdida de salario asciende a $57 billones de bolsillo para trabajadores y jubilados desde el inicio de la gestión Milei, según MATE. La caída del poder adquisitivo se da en un contexto de estancamiento económico y la destrucción de más de 290.000 empleos formales.
La transferencia de ingresos más grande: $57 billones perdidos por asalariados
El ajuste económico implementado por la actual administración de Javier Milei ha generado una masiva transferencia de recursos que impacta directamente en los bolsillos de la población. Un informe reciente del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) revela que la pérdida total acumulada de ingresos para trabajadores y jubilados asciende a $57 billones. Este desfalco es la consecuencia directa de la caída del costo salarial y la licuación de los ingresos reales.
Este drenaje de recursos hacia los sectores concentrados se consolida como la principal característica de la política económica del Gobierno. La cifra de $57 billones se compone de:
- Pérdida neta de bolsillo para trabajadores: $42 billones.
- Pérdida de recaudación de la seguridad social: $9,9 billones.
- Pérdida en obras sociales: $4,2 billones.
La magnitud de este ajuste es tal que ha provocado un estancamiento económico de más de medio año, acompañado de una intensa destrucción de empleo y una creciente vulnerabilidad social.
El costo individual del ajuste en el salario real
El informe MATE cuantifica la pérdida individual del poder adquisitivo, mostrando la severidad del ajuste en los tres principales sectores afectados:
Trabajadores Estatales: los más golpeados
Los empleados del sector público han sido uno de los blancos predilectos de la política de ajuste. Su salario quedó un 18% por debajo del nivel de inicios del mandato. En términos acumulados, cada trabajador estatal ha perdido, de bolsillo, $8,1 millones.
Trabajadores del Sector Privado: paritarias pisadas
A pesar de una supuesta desaceleración inflacionaria, el salario del sector privado ha quedado cuatro puntos por debajo del nivel que tenía al asumir Milei, manteniéndose estancado desde hace un año. Según el cálculo, cada trabajador privado acumula una pérdida de $1,7 millones.
Jubilados y Pensionados: una pérdida de $4,2 millones
El poder de compra de las jubilaciones, en promedio, continúa un 22% por debajo del registrado a fines de 2023. El sector más vulnerable es también el más castigado, con una pérdida acumulada promedio de $4,2 millones por jubilado o jubilada.
Deterioro social: deuda familiar y destrucción de empleo
La licuación de los ingresos sumada a la pauperización de las condiciones laborales está llevando a las familias a niveles críticos de endeudamiento. El informe destaca que el promedio de deuda de un hogar para la compra de alimentos asciende al 130% de sus salarios, un signo claro de la imposibilidad de llegar a fin de mes. A esto se suma el avance de la morosidad en el pago de tarjetas de crédito.
Destrucción de empleo formal
El contexto de economía estancada ha traído como consecuencia la destrucción de puestos de trabajo registrados. Desde diciembre de 2023, se han pulverizado 291.936 puestos de trabajo formales. La pérdida se distribuye de la siguiente manera:
- Sector privado: 169.240 puestos destruidos. Las actividades más afectadas son la industria y la construcción, esta última golpeada por la parálisis de la obra pública.
- Sector público: 101.051 puestos destruidos.
- Casas particulares: 21.645 puestos destruidos.
La destrucción de empleo y la caída del salario real no solo impactan la economía familiar, sino que también generan una caída en la recaudación estatal, profundizando el desfinanciamiento de servicios esenciales.
¿A dónde fue el ahorro del ajuste?
El «ahorro» que el Estado nacional dice haber conseguido a partir del fenomenal ajuste del gasto público –estimado en $87,8 billones– se ha concentrado en recortes a la obra pública, salarios y jubilaciones, y el desfinanciamiento de la educación y la salud.
Sin embargo, el informe MATE critica duramente el destino de estos recursos. En lugar de redirigirse a la reactivación o el fortalecimiento social, el dinero se canalizó hacia el pago de la deuda, la fuga de divisas y la concesión de favores a sectores concentrados, como los beneficios extraordinarios de retenciones cero a un puñado de cerealeras extranjeras.
En resumen, el modelo de «disciplinamiento» de La Libertad Avanza se basa en el empobrecimiento sistemático de jubilados y trabajadores, desatendiendo las necesidades sociales y priorizando una lógica fiscal que hace desaparecer la función redistributiva del Estado.
